Elabora tu opinión/reflexión libre sobre el apunte "El uso del español y los medios de comunicación". ¿Coincides con la valoración de Grijelmo (Lenguaje y manipulación) referida a cómo la mejor defensa es el conocimiento?
21 comentarios:
Daniel González Viñas
dijo...
Es cierto que en los medios de comunicación no solo se premia y se atiende al que más grite, sino que además es increible la gran cantidad de errores que se producen en la lengua.
Recalco también la enorme cantidad de anglicismos totalmente inncesarios que entorpecen el discurso y alejan de este al espectador, aunque tristemente, el español se está devaluando a favor de estos anglicismos que el receptor cada vez más ve como normales.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que mediante el idioma se suele manipular la información en los medios de comunicación, así que cuanto más inculto sea el espectador, más fácil será que caiga en el engaño.
Creo que lo que el texto indica es muy acertado y de sobra conocido por todos. Hoy en día, quienes más difunden la lengua española en el mundo son los diversos medios de comunicación y, es cierto, que a veces el cuidado de la lengua brilla por su ausencia en los textos periodísticos, sobre todo en lo que respecta a la expresión y a la ortografía. Aunque estos lapsus puedan deberse a las prisas que hay en las redacciones, creo que algunas deficiencias se deben también a la despreocupación que algunos periodistas pueden tener en cuanto al cuidado de la lengua española.
Me parece interesante que el autor resalte el hecho de que el lenguaje, sobre todo en muchos medios de comunicación, está plagado de elementos manipulativos que cualquier persona con formación debería advertir y, así, ser capaz de juzgar. Por lo tanto, en este punto, estoy de acuerdo con la reflexión de Grijelmo.
Estoy totalmente de acuerdo con la opinión que nos ofrece este artículo. Este problema ha sido tema de debate durante los últimos años. Debemos tomar medidas y obligar a los medios de comunicación que hagan un buen uso del lenguaje. Sin embargo, todos los debates giran en torno esto, pero no las posibles soluciones para ello. Es decir, cómo exigir esa correcta utilización del lenguaje. Lo que está claro es que no es nada nuevo la mala utilización de la lengua en los medios de comunicación pero quizás si sería nuevo, ofrecer soluciones. En cuanto a la valoración de Grijelmo, nos hace reflexionar sobre la importancia, muchas veces, de no enseñar contenidos para que sepan más conocimientos, sino como recurso para enfrentarse a la vida, en este caso, para no ser manipulados por los medios de comunicación.
Como sabemos, el lenguaje es comunicación y quienes trabajan con ella son aún más responsables de la parte formal de la lengua.
En este sentido, los docentes y los periodistas somos quienes más nos movemos en el ámbito de la lengua y es por esto por lo que debemos cuidarlo como cuida su herramienta de trabajo cualquier trabajador. Pero lo cierto es que esto no ocurre así, y son los que se mueven en los mass media quienes más maltratan nuestra lengua. En este sentido, el poder de los medios y la demanda que la sociedad hace de ellos debería servir para que reflexionásemos y cuidásemos un poco más la lengua que usamos. Es necesario cuidarla y hacer de ella una buena herramienta de trabajo mediante la protección y el respeto.
Por otra parte, estoy bastante de acuerdo con la valoración de Grijelmo dado que el conocimiento de la lengua en su sentido más puro nos ayuda, como usuarios de ella, a no ser manipulados. En este sentido, nosotros como docentes de lengua española debemos dar los contenidos necesarios a nuestros alumnos para que no sean manipulados por los medios de comunicación como está pasando hoy en día. Sin duda, quien tiene el conocimiento tiene el poder, y si damos a nuestros alumnos los recursos necesarios, el alumno puede entender que está siendo manipulado y puede actuar conforme a su criterio y no conforme a lo que los medios de comunicación le hagan creer.
La lengua se convierte en nuestra mejor defensa y herramienta. Sin embargo, necesitamos tener especial atención al uso que le da los medios de comunicación. Como se dice en el texto Lenguaje y manipulación: “el lenguaje de la publicidad es el lenguaje manipulador por excelencia”. De hecho, encontramos los numerosos efectos que tiene la publicidad cuando recordamos por ejemplo, slogans, canciones, frases o imágenes. Por otro lado, descubrimos las inferencias léxicas que se hacen protagonista en nuestra lengua y en los medios de comunicación. En muchos anuncios publicitarios, hemos visto palabras inglesas para referirse a algo y se acuña ese término de uso masivo en la publicidad, en vez de, usar la palabra correspondiente en español. Por ello, Grijelmo recuerda a los educadores el uso que le podemos dar en el aula a todo lo que recibimos de los medios de comunicación y resalta el lenguaje como un “vehículo de comunicación de conceptos”. También podemos llegar a la Literatura a través de la prensa o la radio, desarrollando la creatividad y el interés por la misma. Coincido con Grijelmo en la capacidad del lenguaje que dispone una persona a través de su educación y conocimientos.
EL USO DEL ESPAÑOL Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Como bien dice el autor, los medios de comunicación hacen un gran uso de la lengua y también tienen una gran difusión. La cuestión que se trata es la de si hacen un buen o mal uso de la lengua. En muchas ocasiones observamos errores en las columnas de los periódicos o escuchamos enunciado en la radio que no siguen a pie juntillas las normas gramaticales. Esto, como dice el artículo, puede deberse a las prisas por terminar a tiempo, a las malas traducciones o a la improvisación oral. Pienso que hoy en día no se valora la formación del filólogo que, formando parte de la plantilla, puede aportar mucha calidad a lo que se dice y a lo que se escribe y contribuiría a enriquecer y a cuidar nuestra lengua. Durante una de las visitas a un conocido periódico de la isla, nos dimos cuenta de que no se contaba con ningún filólogo para redactar o para corregir lo que se quería publicar. Sinceramente, me pareció una mala idea ya que no podemos olvidar que los medios de comunicación llegan a un gran número de personas por lo que tenemos que hacer un uso correcto del español. En cuanto a si coincido o no con la valoración de Grijelmo, mi opinión es la siguiente: la manipulación en el lenguaje es algo negativo y más siendo usado en los medios de comunicación. En este sentido, los periódicos se decantan por un partido político u otro y olvidan la objetividad de su profesión cuando usan el lenguaje como medio manipulador. De esta forma, la opinión de los lectores cambia según lean “fuego amigo” o “soldado muerto a manos de sus compañeros”. El lenguaje debe ser claro y comunicador y nosotros como docentes debemos intentar que nuestros alumnos al enfrentarse con un texto cuyo lenguaje sea manipulador, sean capaces de ser críticos con la información que se ofrece.
En primer lugar, coincido completamente con Grijelmo en que es necesario cuidar y enriquecer la lengua, pero desgraciadamente no todo el mundo entiende el español como un bien, para muchos es solo una herramienta que no hace falta cuidar. En esta situación tiene una influencia enorme los medios de comunicación, en los que, como todos sabemos, no suele cuidarse mucho lo que se dice ni cómo se dice.
Por otro lado, me gustó mucho el aporte de Grijelmo sobre la manipulación de la lengua y la tarea del profesor de enseñar a los alumnos a identificar los elementos utilizados para ello (metáforas, eufemismos, etc.), así como enseñarlos a desarrollar la actitud crítica necesaria para enfrentarse a cualquier texto.
"Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento."
George Orwell
Llega un momento en que no podemos resistirnos a la especulación, más allá del sentido común. Comparto algunas líneas generales que se han apuntado aquí.
No obstante, quizá no estaría de más suponer que la manipulación del lenguaje pueda ser deliberadamente intencionada, así como una expresión de lo que, antes de existir el propio lenguaje, era una simulación, una mímesis.
La construcción del lenguaje es una entelequia colectiva y dinámica, cambia en el tiempo. Está sujeta a las intenciones de los que lo utilizan, así como a sus representaciones mentales, su visión de la realidad.
Aquí se discute el lenguaje a un nivel más bien prosaico y suscribo por completo que es un lenguaje soez, absurdo, si se prefiere, más allá del espectáculo barato. Opino que la degeneración del lenguaje es común a todas las épocas y que, de ese detritus es de donde surge el nuevo lenguaje, pues este se está construyendo y destruyendo constantemente.
Por tanto, a riesgo de parecer pesimista, considero que es inútil pretender poner límites a la degradación del lenguaje, pues considero que es una cosa inevitable y necesaria para su evolución natural. No podría estar más de acuerdo en que no es deseable la dirección aparente que, de forma espontánea está tomando.
Sin embargo, nuestros esfuerzos a su respecto deben de ser, ante todo, prácticos y eficaces. No se le pueden poner diques al mar. Me disgusta tanto como a muchos la desagradable prostitución y exhibicionismo del mismo, pero pudiera ser una expresión de esa libertad de los individuos (construída) que, al mismo tiempo implica responsabilidad, una responsabilidad desatendida e impregnada de inconsciencia.
Como he dicho, este proceso es intrínseco al sustrato de las épocas que nos sobrevive a todos.
Buenas tardes: Estoy totalmente de acuerdo con la idea de que los medios de comunicación son quienes más utilizan y divulgan la lengua, pero también quienes frecuentemente cometen incorrecciones y agramaticalidades. Por ello, debemos tener cuidado y advertir a nuestros alumnos de que todo lo que aparece en la prensa o en la televisión no es correcto. De este modo, los medios de comunicación también son una fuente riquísima de recursos para que, por un lado, el docente recurra a ellos como elemento de partida para la explicación de contenidos lingüísticos y para que, por otro lado, los estudiantes lleven a cabo análisis y valoraciones lingüísticas. También considero muy acertada la apreciación que hace el autor sobre la necesidad de llamar la atención de nuestros alumnos acerca de las manipulación que hacen los medios sirviéndose del lenguaje. Coincido completamente con la afirmación de Grijelmo, porque está claro que el conocimiento del lenguaje propio y la reflexión sobre él constituyen tanto una herramienta crítica ante la información que nos llega del exterior como una herramienta de defensa.
Sin duda alguna, tener un amplio y riguroso conocimiento de la lengua que se utiliza es una valiosísima herramienta no sólo de defensa sino también para movernos y expresarnos en todas las vertientes de la vida. Las sutilezas de nuestro pensamiento, de nuestras emociones y sentimientos sólo pueden ser expresadas si disponemos de un amplio conocimiento del idioma y hacemos buen uso del mismo. Es cierto que los medios de comunicación en muchas ocasiones pasan por alto la riqueza de matices de nuestra lengua, en otros la pisotean y la empobrecen haciendo muy mal uso de ella. Lo que me parece más grave es la manipulación del lenguaje que se hace desde los medios de comunicación. Esa manipulación se extiende como un virus “amigo”, valga la ironía, por toda la sociedad que repite sin parar esos usos maliciosos del lenguaje en todas las situaciones de la vida cotidiana. Pongo un ejemplo desgraciadamente muy común, “violencia de género”, ¿qué significa eso?: un hombre ha matado a su mujer y a veces también a sus hijos y no es un presunto asesino, es un “violento de género”. Incluso los creadores y defensores de los diversos sistemas educativos de los últimos 30 años también utilizan una terminología en muchos casos manipuladora. Basta sólo leer el currículo de algunas materias y sobre todo la normativa que regula la evaluación de los estudiantes así como los derechos y deberes de los mismos. Estoy totalmente de acuerdo con los que han mencionado la gran tarea que tienen los profesores de lengua española, para entrenar al alumnado en la observación y reconocimiento de la manipulación a la que todos estamos expuestos a través de las palabras.
Sabemos que la lengua nos pertenece a todos, pero no todos la usamos de la misma manera. Los medios de comunicación la usan para comunicar, informar y convencer, sin embargo, la lengua es mucho más que eso.
Cada revista tiene su manual de estilo y cada cadena de televisión su ideología. Por ello, nosotros como futuros docentes debemos usar textos periodísticos, ya sean orales o escritos, como reflejo de la transformación de la sociedad no solo a nivel cultural sino también lingüístico. La rapidez de las informaciones y noticias hacen que todos estemos informados al instante, pero sabemos que estas son seleccionadas previamente. Por ejemplo, el meeting político es preparado con antelación y en él participa activamente la oratoria y la ideología de los partidos. De ahí que podamos ver el periodismo desde un punto de vista crítico por la falta de corrección de los textos que se van a publicar; por la interpretación de los testimonios y los hechos acontecidos; e invitar a los alumnos a ir más allá del discurso y conocer la realidad canaria por sus propios ojos.
Al igual que mis compañeros coincido con muchas de las afirmaciones de Grijelmo. Sin embargo, no me parece justo cerrar el artículo sin puntualizar que, cualquier acto de comunicación, tiene una intención persuasiva o manipulativa. Las palabras son objetivas e imparciales, pero en su uso siempre tiene una intención concreta que no es neutral. Con las palabras podemos enamorar, hacer reír y llorar, enfurecer, informar, pedir favores, buscar apoyo, apoyar a otras personas, burlar, ironizar, etc. Siempre queremos algo del receptor.
Como periodista me toca defender un poco mi rama. La prensa actual no es imparcial. Del mismo modo que no lo es el colegio o el instituto, como debatimos en clase. El ideal de información neutral, objetiva, meramente informativa, no es de interés para la sociedad, por eso se mantiene como un ideal. ¿Por qué un asesinato es de interés periodístico y no lo es una muerte natural? Objetivamente ambos son lo mismo: la muerte de una persona.
Ahora bien, lo que no me parece tolerable es que, haciendo uso del “damos a la sociedad lo que ella demanda” se haga un uso incorrecto del lenguaje. Es triste, pero es cierto. Por las prisas en la redacción, las presiones de la empresa informativa (sí, dije empresa), se está descuidando la lengua. Ciertamente, los grandes medios de comunicación son el canal informativo por excelencia en la sociedad, por eso deberían estar especialmente atentos al lenguaje.
Aunque quisiera, no podría terminar sin preguntarles: ¿creen que un ciudadano medio reconocería los errores periodísticos que se encuentran en este artículo?
El uso de la lengua en los medios de comunicación, es cierto, lleva preocupando a los lingüistas desde hace mucho tiempo. La amplia difusión que alcanzan merece, sin duda, un uso más cuidado de la lengua española. No obstante, el camino para un uso cada vez más depurado de la lengua es arduo, y sin curiosidad y un esfuerzo consciente muchos comunicadores seguirán incurriendo en todo tipo de errores. Por otro lado, la Academia admite el uso de la estructura galicada sustantivo + a + infinitivo en determinados contextos, uno de ellos el citado en el artículo (a falta de saber cuándo fue escrito podemos concederle el beneficio de la duda a su autor); y aún más tendrá que ceder la RAE porque no parece que vaya a dejar de usarse, ya que, todo sea dicho, es bastante productiva y evita en muchos casos circunloquios y subordinaciones. Igual de comunes resultan usos incorrectos del tipo «hubieron doce heridos», «preveer», «a grosso modo», el punto «más álgido», y un largo, larguísimo etcétera. Al hilo de esta idea, resulta curioso que se denuncie el uso de la construcción «en base a» después de haberla usado poco antes en el mismo texto. En lo que a la manipulación se refiere, por supuesto, el docente ha de utilizar todos esos mensajes que la publicidad y los medios vierten a la sociedad. La tarea de contribuir a la formación de ciudadanos críticos es esencial. Sin embargo, no conviene olvidar que los medios manipulan mucho más con la ocultación de información que con una expresión eufemística. La lengua es una herramienta poderosa, sí, pero no mágica; la opinión pública no es imbécil como a veces se presupone.
Me gustaría empezar mi comentario contestando a Ana (que por cierto, redactó unos párrafos muy interesantes). Estoy bastante seguro de que cualquier ciudadano medio, de a pie, no reconocería los errores periodísticos, lingüísticos, o de cualquier otra índole que se encuentran en este artículo, o que incluso se podrían encontrar diariamente en el periódico o en una revista. Pero es normal, me explico: al igual que nosotros cuando entramos en una casa no tenemos por qué saber si las paredes están bien encaladas, o si el color de la pintura de las paredes es el correcto, o la disposición del mobiliario es adecuado, un albañil, un pintor o un interiorista no tiene por qué fijarse o encontrar incorrecciones gramaticales o lingüísticas porque ese no es su campo de trabajo. Ahora bien, eso no quita que las personas tengan un mínimo de conocimiento sobre su lengua.
El lenguaje es una herramienta poderosísima y un arma de doble filo. Como herramienta nos ayuda a estructurar el mundo en el que vivimos, a hablar de realidades que no existen a simple vista, a crear mundos alternativos, a soñar, a viajar, a sentir… Como arma de doble filo puede servirnos para conseguir nuestros propósitos o para que nos vean “el plumero” si somos demasiado explícitos. En este sentido, el lenguaje nos concede el poder de manipular, de ganar contiendas intelectuales, de llevarnos a nuestros interlocutores a nuestro terreno, etc., y, por eso, cuánto más dominio de la lengua haya, más poder habrá. De ahí que debamos enseñar a nuestros alumnos a tener una actitud crítica y responsable ante él. Si nuestros estudiantes toman como referentes a los periodistas, en el mejor de los casos, porque no todas las personas que salen en los medios de comunicación lo son, ni mucho menos tienen carreras o un alto nivel lingüístico, pueden verse envueltos en un contexto de hablantes que ni cuidan, ni enriquecen el español, del que vale más no tomar ejemplo. Es imprescindible hacer conscientes a nuestros aprendices de que todo varía desde el punto de vista con que se mire, la realidad, el lenguaje y el curso de su propia vida, así que fomentar un multiperspectivismo y un espíritu crítico e inconformista es básico dentro de esa enseñanza competencial que tenemos que llevar a cabo.
Los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, tiene una gran difusión y, realmente, podemos afirmar que, en su mayoría, son el ejemplo a seguir de nuestra sociedad. Lamentablemente, la personas suelen olvidar que la finalidad de muchos medios de comunicación es tener audiencia y crean situaciones que puedan llamar la atención de sus espectadores, donde muchas veces la forma de hacerlo es mediante la utilización de un lenguaje inadecuada que la sociedad acaba adoptando. No quiero generalizar, pero cuando enciendes una televisión, muy rara vez te encuentras con un uso adecuado del lenguaje en todos esos programas de entretenimiento que son tan seguidos por la sociedad, así que, no es de extrañar que nuestra sociedad acabe utilizando un lenguaje cada vez menos enriquecedor y se hace un uso descuidado de la lengua.
Por tanto, sí estoy de acuerdo en lo que dice Grijelmo. La mejor forma de evitar que la sociedad siga siendo “manipulada” por los medios es que nosotros, los docentes, seamos capaces de enseñar a nuestros alumnos a cuidar su lenguaje y a tener en cuenta los distintos registros que pueden utilizar y, sobre todo, tener en cuenta el contexto en el que se encuentran. Nosotros somos lo que podemos evitar que en un futuro, los jóvenes no se dejen influenciar por los medios de comunicación y sepan distinguir que es lo correcto y que es lo incorrecto en el uso del lenguaje.
Me gustaría comenzar mi reflexión con el siguiente enunciado: "...el porvenir de la Lengua está en los periodistas, no en los profesores". Está claro que, hoy por hoy, muchas personas están influenciadas por lo que escuchan en los medios audiovisuales, pero hay que tratar de cambiar esto y que sea justo lo contrario. Como futuros docentes, sería ideal que pudieramos ser capaces de transmitir a nuestros alumnos la importancia que tiene un buen uso de la lengua y, además, enseñarles a ser críticos, como bien expresa el apunte. Claramente, estoy totalmente de acuerdo con lo que expresa Grijelmo. Me recuerda a una frase que escuché hace tiempo: “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado”. Refleja el mismo sentido que se puede apreciar en el texto y es que es una verdad innegable.
Sin duda, algunos medios de comunicación maltratan a la lengua española. De hecho, la semana pasada me sorprendió que un profesional de la información repitiese “a grosso modo” dos o tres veces durante el debate. Considero que los medios de comunicación y la RAE pueden llegar a acuerdos para reconducir esta situación, aunque quizás es un proyecto muy ambicioso. Aún así, confío en que los profesores trabajen algunos medios de comunicación en las clases, para matizar algunos de los errores más frecuentes que hallamos en ellos. Sin embargo, debo reconocer que los errores gramaticales me incomodan más que el léxico prostituido. Los anglicismos y el uso de vocablos con un significado extraño al español como “ejecutivo agresivo” son más fáciles de identificar que las estructuras agramaticales, por tanto, estos errores gramaticales se extienden con mayor rapidez. Además, desde mi perspectiva, una lengua viva debe aceptar nuevo léxico. A pesar de mi postura, no puedo ignorar que la palabra es un arma potente para disfrazar el verdadero mensaje y manipular a la gente. Considero que, como futuros docentes, debemos enseñar a nuestros alumnos a reflexionar y a adoptar una actitud crítica. No se trata de imponer, sino de aprender a meditar y descubrir el verdadero uso de cada palabra.
Creo que Grijelmo habla de algo básico, tanto en el maltrato de la lengua como en la idea de la manipulación por parte de los medios de comunicación, que es la necesaria y fundamental "actitud crítica". Es decir; ser conscientes respecto a lo que consumimos en los medios. Los profesores debemos fomentar la consciencia crítica en nuestro alumnado: qué son los medios de comunicación y a qué intereses responden, qué tipo de consumo hacemos y por qué. Que sean libres de elegir el tipo de comunicación al que se quieran exponer, pero siempre desde el conocimiento y con una actitud crítica despierta. Si quieren ver un programa de Belén Esteban, que lo vean, pero que sean conscientes y consecuentes con lo que están viendo (seguro que se les quitan las ganas...) De cualquier forma, es normal que todos tengamos dudas con la lengua -¡está tan viva y se "mueve" tanto!- y que metamos la pata alguna que otra vez, aunque provengamos de entornos o de estudios que tengan que ver con ella; filólogos, traductores, periodistas. Pero para eso existen figuras como el editor, el intermediario en la cocina de la información que debería "enriquecer" el "cocinado" del redactor, y es el que debería también velar por el correcto uso del español en cualquier publicación. Y además, claro, de ser el responsable de dar esa "impronta" ideológica que en cualquier caso debemos reconocer.
Coincido plenamente con las palabras de Grijelmo en este artículo, puesto que creo que los medios de comunicación son un poder factico más, y como cualquier poder trata de manipularnos. Ser conscientes de esa manipulación no es tarea fácil, especialmente si desconoces que ese es uno de los objetivos que tienen. Ahí radica la importancia de mostrar este uso manipulativo a los alumnos. De lo contrario, no serían capaces de reconocerlo.
No obstante, considero que la labor social que hacen muchos medios de comunicación es imprescindible. A través de ellos no enteremos de la actuación de nuestros políticos, jueces o banqueros. También conocemos historias de personas que sufren dentro o fuera de nuestras fronteras o recibimos información de las guerras que se producen en el mundo. Aunque esa información que leemos o escuchamos no sea objetiva, depende de nosotros discernir qué se acerca a la realidad o qué se aleja de ella. Y es que la objetividad nunca se puede alcanzar.
Por otro lado, cada vez es más evidente que los medios de comunicación no cuidan la Lengua. Estos se han convertido en empresas que tienen que dar beneficios, por lo que se exige a sus trabajadores, los periodistas, que sean eficientes, rápidos y rentables, exigencias que impiden desarrollar trabajos con calidad.
21 comentarios:
Es cierto que en los medios de comunicación no solo se premia y se atiende al que más grite, sino que además es increible la gran cantidad de errores que se producen en la lengua.
Recalco también la enorme cantidad de anglicismos totalmente inncesarios que entorpecen el discurso y alejan de este al espectador, aunque tristemente, el español se está devaluando a favor de estos anglicismos que el receptor cada vez más ve como normales.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que mediante el idioma se suele manipular la información en los medios de comunicación, así que cuanto más inculto sea el espectador, más fácil será que caiga en el engaño.
Creo que lo que el texto indica es muy acertado y de sobra conocido por todos. Hoy en día, quienes más difunden la lengua española en el mundo son los diversos medios de comunicación y, es cierto, que a veces el cuidado de la lengua brilla por su ausencia en los textos periodísticos, sobre todo en lo que respecta a la expresión y a la ortografía. Aunque estos lapsus puedan deberse a las prisas que hay en las redacciones, creo que algunas deficiencias se deben también a la despreocupación que algunos periodistas pueden tener en cuanto al cuidado de la lengua española.
Me parece interesante que el autor resalte el hecho de que el lenguaje, sobre todo en muchos medios de comunicación, está plagado de elementos manipulativos que cualquier persona con formación debería advertir y, así, ser capaz de juzgar. Por lo tanto, en este punto, estoy de acuerdo con la reflexión de Grijelmo.
Estoy totalmente de acuerdo con la opinión que nos ofrece este artículo. Este problema ha sido tema de debate durante los últimos años. Debemos tomar medidas y obligar a los medios de comunicación que hagan un buen uso del lenguaje. Sin embargo, todos los debates giran en torno esto, pero no las posibles soluciones para ello. Es decir, cómo exigir esa correcta utilización del lenguaje. Lo que está claro es que no es nada nuevo la mala utilización de la lengua en los medios de comunicación pero quizás si sería nuevo, ofrecer soluciones.
En cuanto a la valoración de Grijelmo, nos hace reflexionar sobre la importancia, muchas veces, de no enseñar contenidos para que sepan más conocimientos, sino como recurso para enfrentarse a la vida, en este caso, para no ser manipulados por los medios de comunicación.
Como sabemos, el lenguaje es comunicación y quienes trabajan con ella son aún más responsables de la parte formal de la lengua.
En este sentido, los docentes y los periodistas somos quienes más nos movemos en el ámbito de la lengua y es por esto por lo que debemos cuidarlo como cuida su herramienta de trabajo cualquier trabajador. Pero lo cierto es que esto no ocurre así, y son los que se mueven en los mass media quienes más maltratan nuestra lengua.
En este sentido, el poder de los medios y la demanda que la sociedad hace de ellos debería servir para que reflexionásemos y cuidásemos un poco más la lengua que usamos. Es necesario cuidarla y hacer de ella una buena herramienta de trabajo mediante la protección y el respeto.
Por otra parte, estoy bastante de acuerdo con la valoración de Grijelmo dado que el conocimiento de la lengua en su sentido más puro nos ayuda, como usuarios de ella, a no ser manipulados. En este sentido, nosotros como docentes de lengua española debemos dar los contenidos necesarios a nuestros alumnos para que no sean manipulados por los medios de comunicación como está pasando hoy en día. Sin duda, quien tiene el conocimiento tiene el poder, y si damos a nuestros alumnos los recursos necesarios, el alumno puede entender que está siendo manipulado y puede actuar conforme a su criterio y no conforme a lo que los medios de comunicación le hagan creer.
La lengua se convierte en nuestra mejor defensa y herramienta. Sin embargo, necesitamos tener especial atención al uso que le da los medios de comunicación. Como se dice en el texto Lenguaje y manipulación: “el lenguaje de la publicidad es el lenguaje manipulador por excelencia”. De hecho, encontramos los numerosos efectos que tiene la publicidad cuando recordamos por ejemplo, slogans, canciones, frases o imágenes. Por otro lado, descubrimos las inferencias léxicas que se hacen protagonista en nuestra lengua y en los medios de comunicación. En muchos anuncios publicitarios, hemos visto palabras inglesas para referirse a algo y se acuña ese término de uso masivo en la publicidad, en vez de, usar la palabra correspondiente en español. Por ello, Grijelmo recuerda a los educadores el uso que le podemos dar en el aula a todo lo que recibimos de los medios de comunicación y resalta el lenguaje como un “vehículo de comunicación de conceptos”. También podemos llegar a la Literatura a través de la prensa o la radio, desarrollando la creatividad y el interés por la misma. Coincido con Grijelmo en la capacidad del lenguaje que dispone una persona a través de su educación y conocimientos.
EL USO DEL ESPAÑOL Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Como bien dice el autor, los medios de comunicación hacen un gran uso de la lengua y también tienen una gran difusión. La cuestión que se trata es la de si hacen un buen o mal uso de la lengua. En muchas ocasiones observamos errores en las columnas de los periódicos o escuchamos enunciado en la radio que no siguen a pie juntillas las normas gramaticales. Esto, como dice el artículo, puede deberse a las prisas por terminar a tiempo, a las malas traducciones o a la improvisación oral. Pienso que hoy en día no se valora la formación del filólogo que, formando parte de la plantilla, puede aportar mucha calidad a lo que se dice y a lo que se escribe y contribuiría a enriquecer y a cuidar nuestra lengua. Durante una de las visitas a un conocido periódico de la isla, nos dimos cuenta de que no se contaba con ningún filólogo para redactar o para corregir lo que se quería publicar. Sinceramente, me pareció una mala idea ya que no podemos olvidar que los medios de comunicación llegan a un gran número de personas por lo que tenemos que hacer un uso correcto del español.
En cuanto a si coincido o no con la valoración de Grijelmo, mi opinión es la siguiente: la manipulación en el lenguaje es algo negativo y más siendo usado en los medios de comunicación. En este sentido, los periódicos se decantan por un partido político u otro y olvidan la objetividad de su profesión cuando usan el lenguaje como medio manipulador. De esta forma, la opinión de los lectores cambia según lean “fuego amigo” o “soldado muerto a manos de sus compañeros”. El lenguaje debe ser claro y comunicador y nosotros como docentes debemos intentar que nuestros alumnos al enfrentarse con un texto cuyo lenguaje sea manipulador, sean capaces de ser críticos con la información que se ofrece.
En primer lugar, coincido completamente con Grijelmo en que es necesario cuidar y enriquecer la lengua, pero desgraciadamente no todo el mundo entiende el español como un bien, para muchos es solo una herramienta que no hace falta cuidar. En esta situación tiene una influencia enorme los medios de comunicación, en los que, como todos sabemos, no suele cuidarse mucho lo que se dice ni cómo se dice.
Por otro lado, me gustó mucho el aporte de Grijelmo sobre la manipulación de la lengua y la tarea del profesor de enseñar a los alumnos a identificar los elementos utilizados para ello (metáforas, eufemismos, etc.), así como enseñarlos a desarrollar la actitud crítica necesaria para enfrentarse a cualquier texto.
"Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento."
George Orwell
Llega un momento en que no podemos resistirnos a la especulación, más allá del sentido común. Comparto algunas líneas generales que se han apuntado aquí.
No obstante, quizá no estaría de más suponer que la manipulación del lenguaje pueda ser deliberadamente intencionada, así como una expresión de lo que, antes de existir el propio lenguaje, era una simulación, una mímesis.
La construcción del lenguaje es una entelequia colectiva y dinámica, cambia en el tiempo. Está sujeta a las intenciones de los que lo utilizan, así como a sus representaciones mentales, su visión de la realidad.
Aquí se discute el lenguaje a un nivel más bien prosaico y suscribo por completo que es un lenguaje soez, absurdo, si se prefiere, más allá del espectáculo barato. Opino que la degeneración del lenguaje es común a todas las épocas y que, de ese detritus es de donde surge el nuevo lenguaje, pues este se está construyendo y destruyendo constantemente.
Por tanto, a riesgo de parecer pesimista, considero que es inútil pretender poner límites a la degradación del lenguaje, pues considero que es una cosa inevitable y necesaria para su evolución natural. No podría estar más de acuerdo en que no es deseable la dirección aparente que, de forma espontánea está tomando.
Sin embargo, nuestros esfuerzos a su respecto deben de ser, ante todo, prácticos y eficaces. No se le pueden poner diques al mar. Me disgusta tanto como a muchos la desagradable prostitución y exhibicionismo del mismo, pero pudiera ser una expresión de esa libertad de los individuos (construída) que, al mismo tiempo implica responsabilidad, una responsabilidad desatendida e impregnada de inconsciencia.
Como he dicho, este proceso es intrínseco al sustrato de las épocas que nos sobrevive a todos.
Buenas tardes:
Estoy totalmente de acuerdo con la idea de que los medios de comunicación son quienes más utilizan y divulgan la lengua, pero también quienes frecuentemente cometen incorrecciones y agramaticalidades. Por ello, debemos tener cuidado y advertir a nuestros alumnos de que todo lo que aparece en la prensa o en la televisión no es correcto. De este modo, los medios de comunicación también son una fuente riquísima de recursos para que, por un lado, el docente recurra a ellos como elemento de partida para la explicación de contenidos lingüísticos y para que, por otro lado, los estudiantes lleven a cabo análisis y valoraciones lingüísticas. También considero muy acertada la apreciación que hace el autor sobre la necesidad de llamar la atención de nuestros alumnos acerca de las manipulación que hacen los medios sirviéndose del lenguaje.
Coincido completamente con la afirmación de Grijelmo, porque está claro que el conocimiento del lenguaje propio y la reflexión sobre él constituyen tanto una herramienta crítica ante la información que nos llega del exterior como una herramienta de defensa.
Sin duda alguna, tener un amplio y riguroso conocimiento de la lengua que se utiliza es una valiosísima herramienta no sólo de defensa sino también para movernos y expresarnos en todas las vertientes de la vida. Las sutilezas de nuestro pensamiento, de nuestras emociones y sentimientos sólo pueden ser expresadas si disponemos de un amplio conocimiento del idioma y hacemos buen uso del mismo.
Es cierto que los medios de comunicación en muchas ocasiones pasan por alto la riqueza de matices de nuestra lengua, en otros la pisotean y la empobrecen haciendo muy mal uso de ella. Lo que me parece más grave es la manipulación del lenguaje que se hace desde los medios de comunicación. Esa manipulación se extiende como un virus “amigo”, valga la ironía, por toda la sociedad que repite sin parar esos usos maliciosos del lenguaje en todas las situaciones de la vida cotidiana. Pongo un ejemplo desgraciadamente muy común, “violencia de género”, ¿qué significa eso?: un hombre ha matado a su mujer y a veces también a sus hijos y no es un presunto asesino, es un “violento de género”. Incluso los creadores y defensores de los diversos sistemas educativos de los últimos 30 años también utilizan una terminología en muchos casos manipuladora. Basta sólo leer el currículo de algunas materias y sobre todo la normativa que regula la evaluación de los estudiantes así como los derechos y deberes de los mismos.
Estoy totalmente de acuerdo con los que han mencionado la gran tarea que tienen los profesores de lengua española, para entrenar al alumnado en la observación y reconocimiento de la manipulación a la que todos estamos expuestos a través de las palabras.
Sabemos que la lengua nos pertenece a todos, pero no todos la usamos de la misma manera. Los medios de comunicación la usan para comunicar, informar y convencer, sin embargo, la lengua es mucho más que eso.
Cada revista tiene su manual de estilo y cada cadena de televisión su ideología. Por ello, nosotros como futuros docentes debemos usar textos periodísticos, ya sean orales o escritos, como reflejo de la transformación de la sociedad no solo a nivel cultural sino también lingüístico. La rapidez de las informaciones y noticias hacen que todos estemos informados al instante, pero sabemos que estas son seleccionadas previamente. Por ejemplo, el meeting político es preparado con antelación y en él participa activamente la oratoria y la ideología de los partidos.
De ahí que podamos ver el periodismo desde un punto de vista crítico por la falta de corrección de los textos que se van a publicar; por la interpretación de los testimonios y los hechos acontecidos; e invitar a los alumnos a ir más allá del discurso y conocer la realidad canaria por sus propios ojos.
Al igual que mis compañeros coincido con muchas de las afirmaciones de Grijelmo. Sin embargo, no me parece justo cerrar el artículo sin puntualizar que, cualquier acto de comunicación, tiene una intención persuasiva o manipulativa. Las palabras son objetivas e imparciales, pero en su uso siempre tiene una intención concreta que no es neutral. Con las palabras podemos enamorar, hacer reír y llorar, enfurecer, informar, pedir favores, buscar apoyo, apoyar a otras personas, burlar, ironizar, etc. Siempre queremos algo del receptor.
Como periodista me toca defender un poco mi rama. La prensa actual no es imparcial. Del mismo modo que no lo es el colegio o el instituto, como debatimos en clase. El ideal de información neutral, objetiva, meramente informativa, no es de interés para la sociedad, por eso se mantiene como un ideal. ¿Por qué un asesinato es de interés periodístico y no lo es una muerte natural? Objetivamente ambos son lo mismo: la muerte de una persona.
Ahora bien, lo que no me parece tolerable es que, haciendo uso del “damos a la sociedad lo que ella demanda” se haga un uso incorrecto del lenguaje. Es triste, pero es cierto. Por las prisas en la redacción, las presiones de la empresa informativa (sí, dije empresa), se está descuidando la lengua. Ciertamente, los grandes medios de comunicación son el canal informativo por excelencia en la sociedad, por eso deberían estar especialmente atentos al lenguaje.
Aunque quisiera, no podría terminar sin preguntarles: ¿creen que un ciudadano medio reconocería los errores periodísticos que se encuentran en este artículo?
El uso de la lengua en los medios de comunicación, es cierto, lleva preocupando a los lingüistas desde hace mucho tiempo. La amplia difusión que alcanzan merece, sin duda, un uso más cuidado de la lengua española. No obstante, el camino para un uso cada vez más depurado de la lengua es arduo, y sin curiosidad y un esfuerzo consciente muchos comunicadores seguirán incurriendo en todo tipo de errores. Por otro lado, la Academia admite el uso de la estructura galicada sustantivo + a + infinitivo en determinados contextos, uno de ellos el citado en el artículo (a falta de saber cuándo fue escrito podemos concederle el beneficio de la duda a su autor); y aún más tendrá que ceder la RAE porque no parece que vaya a dejar de usarse, ya que, todo sea dicho, es bastante productiva y evita en muchos casos circunloquios y subordinaciones. Igual de comunes resultan usos incorrectos del tipo «hubieron doce heridos», «preveer», «a grosso modo», el punto «más álgido», y un largo, larguísimo etcétera. Al hilo de esta idea, resulta curioso que se denuncie el uso de la construcción «en base a» después de haberla usado poco antes en el mismo texto.
En lo que a la manipulación se refiere, por supuesto, el docente ha de utilizar todos esos mensajes que la publicidad y los medios vierten a la sociedad. La tarea de contribuir a la formación de ciudadanos críticos es esencial. Sin embargo, no conviene olvidar que los medios manipulan mucho más con la ocultación de información que con una expresión eufemística. La lengua es una herramienta poderosa, sí, pero no mágica; la opinión pública no es imbécil como a veces se presupone.
Ayoze
Buenos días, compañeros:
Me gustaría empezar mi comentario contestando a Ana (que por cierto, redactó unos párrafos muy interesantes). Estoy bastante seguro de que cualquier ciudadano medio, de a pie, no reconocería los errores periodísticos, lingüísticos, o de cualquier otra índole que se encuentran en este artículo, o que incluso se podrían encontrar diariamente en el periódico o en una revista. Pero es normal, me explico: al igual que nosotros cuando entramos en una casa no tenemos por qué saber si las paredes están bien encaladas, o si el color de la pintura de las paredes es el correcto, o la disposición del mobiliario es adecuado, un albañil, un pintor o un interiorista no tiene por qué fijarse o encontrar incorrecciones gramaticales o lingüísticas porque ese no es su campo de trabajo. Ahora bien, eso no quita que las personas tengan un mínimo de conocimiento sobre su lengua.
El lenguaje es una herramienta poderosísima y un arma de doble filo. Como herramienta nos ayuda a estructurar el mundo en el que vivimos, a hablar de realidades que no existen a simple vista, a crear mundos alternativos, a soñar, a viajar, a sentir… Como arma de doble filo puede servirnos para conseguir nuestros propósitos o para que nos vean “el plumero” si somos demasiado explícitos. En este sentido, el lenguaje nos concede el poder de manipular, de ganar contiendas intelectuales, de llevarnos a nuestros interlocutores a nuestro terreno, etc., y, por eso, cuánto más dominio de la lengua haya, más poder habrá. De ahí que debamos enseñar a nuestros alumnos a tener una actitud crítica y responsable ante él. Si nuestros estudiantes toman como referentes a los periodistas, en el mejor de los casos, porque no todas las personas que salen en los medios de comunicación lo son, ni mucho menos tienen carreras o un alto nivel lingüístico, pueden verse envueltos en un contexto de hablantes que ni cuidan, ni enriquecen el español, del que vale más no tomar ejemplo. Es imprescindible hacer conscientes a nuestros aprendices de que todo varía desde el punto de vista con que se mire, la realidad, el lenguaje y el curso de su propia vida, así que fomentar un multiperspectivismo y un espíritu crítico e inconformista es básico dentro de esa enseñanza competencial que tenemos que llevar a cabo.
Nos vemos luego.
Los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, tiene una gran difusión y, realmente, podemos afirmar que, en su mayoría, son el ejemplo a seguir de nuestra sociedad. Lamentablemente, la personas suelen olvidar que la finalidad de muchos medios de comunicación es tener audiencia y crean situaciones que puedan llamar la atención de sus espectadores, donde muchas veces la forma de hacerlo es mediante la utilización de un lenguaje inadecuada que la sociedad acaba adoptando. No quiero generalizar, pero cuando enciendes una televisión, muy rara vez te encuentras con un uso adecuado del lenguaje en todos esos programas de entretenimiento que son tan seguidos por la sociedad, así que, no es de extrañar que nuestra sociedad acabe utilizando un lenguaje cada vez menos enriquecedor y se hace un uso descuidado de la lengua.
Por tanto, sí estoy de acuerdo en lo que dice Grijelmo. La mejor forma de evitar que la sociedad siga siendo “manipulada” por los medios es que nosotros, los docentes, seamos capaces de enseñar a nuestros alumnos a cuidar su lenguaje y a tener en cuenta los distintos registros que pueden utilizar y, sobre todo, tener en cuenta el contexto en el que se encuentran. Nosotros somos lo que podemos evitar que en un futuro, los jóvenes no se dejen influenciar por los medios de comunicación y sepan distinguir que es lo correcto y que es lo incorrecto en el uso del lenguaje.
Me gustaría comenzar mi reflexión con el siguiente enunciado: "...el porvenir de la Lengua está en los periodistas, no en los profesores". Está claro que, hoy por hoy, muchas personas están influenciadas por lo que escuchan en los medios audiovisuales, pero hay que tratar de cambiar esto y que sea justo lo contrario. Como futuros docentes, sería ideal que pudieramos ser capaces de transmitir a nuestros alumnos la importancia que tiene un buen uso de la lengua y, además, enseñarles a ser críticos, como bien expresa el apunte.
Claramente, estoy totalmente de acuerdo con lo que expresa Grijelmo. Me recuerda a una frase que escuché hace tiempo: “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo; en cien batallas, nunca saldrás derrotado”. Refleja el mismo sentido que se puede apreciar en el texto y es que es una verdad innegable.
Sin duda, algunos medios de comunicación maltratan a la lengua española. De hecho, la semana pasada me sorprendió que un profesional de la información repitiese “a grosso modo” dos o tres veces durante el debate. Considero que los medios de comunicación y la RAE pueden llegar a acuerdos para reconducir esta situación, aunque quizás es un proyecto muy ambicioso. Aún así, confío en que los profesores trabajen algunos medios de comunicación en las clases, para matizar algunos de los errores más frecuentes que hallamos en ellos. Sin embargo, debo reconocer que los errores gramaticales me incomodan más que el léxico prostituido. Los anglicismos y el uso de vocablos con un significado extraño al español como “ejecutivo agresivo” son más fáciles de identificar que las estructuras agramaticales, por tanto, estos errores gramaticales se extienden con mayor rapidez. Además, desde mi perspectiva, una lengua viva debe aceptar nuevo léxico.
A pesar de mi postura, no puedo ignorar que la palabra es un arma potente para disfrazar el verdadero mensaje y manipular a la gente. Considero que, como futuros docentes, debemos enseñar a nuestros alumnos a reflexionar y a adoptar una actitud crítica. No se trata de imponer, sino de aprender a meditar y descubrir el verdadero uso de cada palabra.
Creo que Grijelmo habla de algo básico, tanto en el maltrato de la lengua como en la idea de la manipulación por parte de los medios de comunicación, que es la necesaria y fundamental "actitud crítica". Es decir; ser conscientes respecto a lo que consumimos en los medios. Los profesores debemos fomentar la consciencia crítica en nuestro alumnado: qué son los medios de comunicación y a qué intereses responden, qué tipo de consumo hacemos y por qué. Que sean libres de elegir el tipo de comunicación al que se quieran exponer, pero siempre desde el conocimiento y con una actitud crítica despierta. Si quieren ver un programa de Belén Esteban, que lo vean, pero que sean conscientes y consecuentes con lo que están viendo (seguro que se les quitan las ganas...)
De cualquier forma, es normal que todos tengamos dudas con la lengua -¡está tan viva y se "mueve" tanto!- y que metamos la pata alguna que otra vez, aunque provengamos de entornos o de estudios que tengan que ver con ella; filólogos, traductores, periodistas. Pero para eso existen figuras como el editor, el intermediario en la cocina de la información que debería "enriquecer" el "cocinado" del redactor, y es el que debería también velar por el correcto uso del español en cualquier publicación. Y además, claro, de ser el responsable de dar esa "impronta" ideológica que en cualquier caso debemos reconocer.
Coincido plenamente con las palabras de Grijelmo en este artículo, puesto que creo que los medios de comunicación son un poder factico más, y como cualquier poder trata de manipularnos. Ser conscientes de esa manipulación no es tarea fácil, especialmente si desconoces que ese es uno de los objetivos que tienen. Ahí radica la importancia de mostrar este uso manipulativo a los alumnos. De lo contrario, no serían capaces de reconocerlo.
No obstante, considero que la labor social que hacen muchos medios de comunicación es imprescindible. A través de ellos no enteremos de la actuación de nuestros políticos, jueces o banqueros. También conocemos historias de personas que sufren dentro o fuera de nuestras fronteras o recibimos información de las guerras que se producen en el mundo. Aunque esa información que leemos o escuchamos no sea objetiva, depende de nosotros discernir qué se acerca a la realidad o qué se aleja de ella. Y es que la objetividad nunca se puede alcanzar.
Por otro lado, cada vez es más evidente que los medios de comunicación no cuidan la Lengua. Estos se han convertido en empresas que tienen que dar beneficios, por lo que se exige a sus trabajadores, los periodistas, que sean eficientes, rápidos y rentables, exigencias que impiden desarrollar trabajos con calidad.
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