El papel del profesorado hoy en día ha cambiado si partimos del modelo tradicional de profesor. El auge de las tecnologías y la necesidad de estar en todo momento informados, valores que podemos señalar como diferenciales de este postmodernismo en que vivimos, están suponiendo cambios irreversibles en la educación.
Entre los aspectos negativos, los textos señalan que el docente debe estar más atento que nunca para que el alumno sepa discriminar, con sentido crítico, los contenidos que ofrecen estos medios de comunicación. El bombardeo diario es incesante y, además, esto debe incidir en los aspectos de cuidado de lenguaje, que suele estar descuidado en este ámbito de la información. Como señala el documento "El uso del español y los medios de comunicación", "las prisas en las redacciones, las apresudaras traducciones, [...] lejos de enriquecer el idioma, lo empobrecen". El docente, por tanto, no solo tiene que centrar su atención en el aula, sino a todo lo externo que la rodea: los errores lingüísticos, sí, pero también la manipulación.
b) ¿Interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna?
No; lo que implica es el cambio de paradigma: de lo real a lo virtual, de la pizarra y el papel al dispositivo electrónico. Sin embargo, en este aspecto tiene gran trascendencia, a mi juicio, la opinión de Ricardo Senabre. Las nuevas normas ortográficas de la RAE son objeto de polémica, pues parece, en un intento de adecuar y consensuar una norma para todos los hablantes hispanos, que ha dejado lagunas o al menos dudas razonables en sus orientaciones y sugerencias.
Los casos, por citar algunos, de solo, truhan, guion, la denominación de doble uve cuando ya teníamos uve doble, etc. suscitan controversia. Es más complejo para el profesor de secundaria explicar los determinantes y sus funciones ahora que no llevan tilde. Todo esto, sin citar los casos con las lenguas vernáculas, como A Coruña, Girona, etc. cuando no se habla catalán o gallego.
Sin embargo, Saussure afirmaba que una lengua puede ser estudiada tanto en un momento particular como a través de su evolución en el tiempo. Dejemos, pues, que estas polémicas susciten mejoras futuras y, sobre todo, marquen líneas que traten de aunar políticas lingüísticas más ajustadas a la realidad del hablante y que faciliten la comprensión de la materia prima de toda lengua: la palabra.
Es obvio que vivimos en un mundo donde la información de todo tipo nos rodea y nos llega casi simultáneamente al momento en que se produce. Ya no nos sorprende el hecho de conocer la información de primera mano, gracias al instantáneo y tremendo alcance de los medios de comunicación. Hoy en día, en nuestra sociedad es relativamente fácil interactuar directamente sobre la información, es decir, hay una mayor interactividad del ciudadano. Esta realidad repercute en la uniformidad, ya no solo de pensamiento, sino también desde el punto de vista del uso del lenguaje. La dinámica lógica de este proceso es que la gran mayoría de la ciudadanía termine hablando de la misma manera, utilizando los mismos recursos lingüísticos o el mismo léxico. En definitiva, la sospecha de que el lenguaje se empobrezca, no cabe duda, es plausible. No obstante, no hay que ser agoreros ni dejarse llevar por ideas apocalípticas. Lo único que hay que hacer es incidir en la correcta enseñanza del lenguaje, mostrar su riqueza en recursos, formas, contenidos, valores, usos, funciones, etc. En este sentido, el profesorado tiene una meta bien definida: exprimir a fondo el lenguaje y mostrar a nuestros alumnos que dominar la lengua materna y saber utilizarla en cada contexto y situación garantiza un mayor éxito social, laboral, afectivo, etc. De otro lado, es obvio, y ya hemos incidido bastante respeto de este asunto en otras actividades, que debemos enseñar al alumno a ser crítico y analítico con la información que le viene, en forma de torbellino, desde los medios de comunicación así como desde las redes sociales, etc. Sabemos, como adelanté en el anterior párrafo, que el lenguaje es un arma poderosísima y que de su uso dependen las diferentes consecuencias posteriores. Es muy fácil convencer a casi cualquiera de que el blanco es negro si utilizamos las palabras adecuadas, revestidas de un contexto específico, engalanadas con una entonación y unos gestos concretos, etc. Por tanto, como docentes tenemos la obligación de mostrar a nuestros alumnos los diferentes recursos lingüísticos que permiten manipular y tergiversar cualquier información: los eufemismos, la connotación, las perífrasis, los dobles sentidos, las repeticiones, etc.
Bajo mi punto de vista, la labor del docente de carácter tradicional no es la adecuada porque no ejerce una comunicación en uso. Para que la lengua y su uso sean efectivas debe producirse un continuo feeback entre alumno y profesor, y no limitarse a exponer su tradicional discurso magistral. Si sumamos esto a el mal uso que pueda producirse en algunos canales de televisión, y una escasa lectura de los jóvenes, estamos ante un decadente y mal uso del lenguaje. Asimismo, no solo considero que el docente sea responsable de lo que comunique o, más bien, de cómo comunica, sino que los medios audiovisuales son una fuente de irradiación del lenguaje que se produce de una manera muy momentánea, contaminando el mal uso del lenguaje de todo espectador.
Si la comunicación se realiza a través de la televisión es importante mostrar un lenguaje corporal adecuado, ya que las posturas y gestos nos pueden transmitir cualquier tipo de mensaje.
¿A mayor interactividad, mayor nivel de descenso de uso de nuestra lengua?
La cuestión es que sepamos utilizar adecuadamente las nuevas tecnologías para que el uso del lenguaje no sea nefasto ni descienda.
Sin embargo, considero que a mayor uso de la lengua en los medios de comunicación, mayor es el riesgo de cometer errores o de mal uso. Tal es así que los mensajes a través de móviles, chats o redes sociales nos han jugado una mala pasada en cuanto a ortografía se refiere.
Por otro lado, la expresión lingüística corre peligro en muchos canales de televisión, puesto que hay muchos personajes con un uso muy pobre e inapropiado del lenguaje que se exponen cada día en nuestras pantallas.
Buenas tardes, Desde luego no puedo estar más de acuerdo con que un mayor número de hablantes interactúen con la lengua. En la estratosfera en la que se ha colocado la lengua en los últimos siglos, parece que solo hablaban bien los emperifollados capitalinos con carrera o estudios, letrados y perfumados que –a ser posible- tuvieran afición a la pluma. Nada más lejos. La lengua es un instrumento al servicio de todos que nos conecta y nos comunica, sin artificios ni reglas que sean sus barrotes y su cárcel. Cierto es que, debido al número tan alto de hablantes de una misma lengua, es necesario crear una normativa común que sea orientativa, pero es de ilusos pensar que solo una pequeña élite desde sus sillones de cuero pueden cambiar ese lengua. Como también lo es pensar que la prensa puede dominar la lengua. Hoy en día la prensa es un medio difusor, un referente –como lo eran antes las figuras de autoridad tales como el maestro, el médico y el sacerdote que eran ejemplo a seguir y fuente de nuevo léxico-. La propia literatura ha sido vehículo de modas lingüísticas y nuevas expresiones, así como una base de nuestro propio colectivo lingüístico –metáforas, figuras, expresiones-. Sin embargo, la lengua es libre y hoy más que nunca está a favor del usuario que la difunde y se vale de ella en las REDES SOCIALES. Ese es el verdadero medio –en el minuto exacto en el que estoy hablando-, donde los referentes quedan determinados por las modas –por ejemplo el famoso “ya tu sabeh” o el “ola q hace?” que se ha vuelto una jerga adoptada por muchos cibernautas. La lengua más que nunca ha pasado a ser un caracter. Doy un paso más en mi reflexión para decir que ayer era la prensa, hoy son las redes sociales las que determinan como se habla. Ya no se puede hablar de una lengua de siglos, sino de una lengua minutada. Se puede saber más que nunca cómo habla una persona por cómo escribe en sus redes sociales, volviendo la escritura en un dibujo que expresa a la perfección cómo hablamos cuando escribimos, como dos tipos de hablantes en uno mismo: el hablante que somos cuando hablamos con la palabra, el hablante que somos con un teclado en las manos –ya sea de ordenador o de nuestros teléfonos móviles-. ¿Cómo se puede reglar entonces esa cantidad de intercambio comunicativo? La universalidad y el contacto entre varias zonas de habla hacen que tengamos que ir aceptando una norma cercana, en uso, cambiante, más democrática que nunca. ¿Dónde quedamos como profesores? ¿Qué autoridad somos? Ya no hay autoridades, hay árbitros. Como profesores propongo un papel en el aula de árbitros. Los hablantes se atienen a unas normas aceptadas para el entendimiento entre todas las partes. Esa norma es la académica que se ha ido deformando un poco a medida que la prensa y la influencia de los individuos han ido tumbando o alzando normas. Como profesores nuestro cometido es velar que todas las partes velan por ese código común y se atienen a una norma flexible que ayuda a que todos nos entendamos.
Buenas tardes, a)Hoy en día, el papel del profesorado ha perdido cierta relevancia. Ya no es aquella figura de referencia para el alumnado, que se volcaba en imitar tanto su manera de hablar, como su comportamiento en general. Se le tenía un gran respeto, que poco a poco se le ha ido perdiendo. En la mayoría de las ocasiones se ve al profesor como u mero transmisor de información que se debe aprender. Ya no se le copian sus actos, más bien, apenas se presta atención a ellos. El alumnado de hoy en día tiene otros referentes, como son aquellos personajes televisivos con los que comparten horas del día, a los que escuchan y les causa gracia su forma de hablar. Es inaudito que podamos escuchar a los alumnos como imitan formas de comportamientos tales, como por ejemplo, la del personaje mediático, Rafa Mora, o los archiconocidas expresiones de Belén Esteban. b)Una mayor interactividad implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna en tanto que el uso tanto de chats como de los sms, entre otros, llevan asociado el uso de un lenguaje abreviado, de un uso de “k” en lugar de “qu”, de “y” en lugar de “ll”, así como la abstención del uso de la “h”, o el no tildar. Es una práctica que los jóvenes realizan constantemente, y acostumbrados a ello, entran en infinitos conflictos a la hora de redactar cualquier escrito formal. Y es la realidad que el profesor se encuentra día a día en el aula.
El lenguaje actual influenciado por los distintos medios de comunicación se ha visto perjudicado en ocasiones por las numerosas faltas de expresiones y de ortografías de los alumnos. Además se ha perdido la capacidad de realizar una lectura profunda dificultando la capacidad de concentración en aquello que están trabajando. Ante todos esos elementos debemos los profesores enfrentarnos en las aulas añadiendo también el mal uso que se puede hacer de las fuentes de información, ya que nuestros alumnos tienen un gran facilidad de alcanzar los distintas fuentes de información por lo que deben aprender a descartar cuales son las más fidedignas de aquellas que solo ofrecen criterios personales y subjetivos. Asimismo debemos enseñarles a reflejar sus opiniones personales sin mostrar carencias ni deficiencias en el lenguaje escrito ya que se en nuestra sociedad se le da mucha importancia a que no se cometan ese tipo de faltas. Estamos ante una generación que tiene a su alcance una gran capacidad para comunicarse, pero el problema lo encontramos con el lenguaje que utilizan para llevar a cabo dicha acción, ya que se ha optado por la minimización de las palabras que se usan en esos mensajes empeorando el estado de las faltas de ortografía. Ante eso los profesores debemos batallar, pero no solo desde el ámbito de lengua castellana sino desde todos los ámbitos de la educación para favorecer el enriquecimiento y el desarrollo personal de los alumnos.
El papel del profesor siempre ha sido más que el de ser un mero docente. En parte también fueron y son educadores, animadores o modelos de imitación. Hoy en día, al estar los chicos expuestos a tanta información invadiéndoles desde los medios, vienen al aula con muchas ideas y conceptos preconcebidos que tenemos que, de alguna manera, ordenar para enseñarles a ser críticos y poder distinguir la información relevante o veraz de entre todo el potaje de letras y símbolos. Según Manuel Alvar, “el porvenir de la Lengua está en los periodistas, no en los profesores”, sin embargo, no estoy de acuerdo ya que, por ejemplo, en la red cualquiera puede escribir, ser emisor de información a través de un blog, una página o una red social, sea periodista o no, por lo que pienso que entre todos construimos el lenguaje y es responsabilidad de todos el cuidarlo y enriquecerlo. Pero si tenemos en cuenta que casi todos pasamos por la escuela, resulta fundamental la labor del profesor para que el alumno tenga una buena educación base y una actitud crítica que le permita crecer de forma madura y correcta.
¿Una interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna?
No necesariamente, simplemente hay que enseñarle a los alumnos a que aprendan a diferenciar contextos informales de formales. Cada uno puede hablar con sus amigos como quiera, pero dentro de un entorno académico o profesional hay que respetar las normas establecidas del lenguaje culto. El problema, creo yo, es saber llegar a los chicos y que comprendan bien los diferentes registros que se pueden dar para que se expresen correctamente en cada situación comunicativa.
Yo abogo por el uso correcto del lenguaje sin grandes estilismos, es cierto que los medios de comunicación destruyen la gramática con usos indebidos que se ponen de moda y se generalizan por el simple hecho de salir en los mass-media. La gramática, ese conjunto de normas para hablar y escribir correctamente una lengua es destruida en la televisión, el medio de comunicación más accesible. La mala praxis , se refleja en los mensajes de texto de los jóvenes, en los que tienen faltas de ortografía y como no conocen bien la norma, no se le da importancia. Hoy día todo vale en el sector comunicativo con tal de tener rentabilidad. La gramática audiovisual dista bastante de la gramática normativa en lo que a los medios de comunicación se refiere. Como bien recoge esta pieza informativa,los medios de comunicación tienen una responsabilidad pública en cuanto a la competencia lingüística de los televidentes.
¿Papel del profesorado hoy? Un docente ha de ser consciente la influencia de los medios de comunicación en el alumnado y debe analizar el grado de dicha influencia en los jóvenes. La televisión que más vende es la que no atiende al criterio intelectual, a diferencia de los periódicos y la radio, que por suerte si siguen esa línea profesional. El profesor tiene que trabajar con los medios para lograr los objetivos de estructurar-organizar el conjunto de las informaciones, completar y profundizar en algunas de ellas, invitar a contrastar, comprobar e investigar sobre ciertas informaciones - palabras expresiones emitidas por los medios de comunicación, el docente tiene que fomentar la actitud crítica y el análisis. Yo (Alexis) como docente, intentaría desmitificar los medios mediante el empleo en el aula,de los programas que más consume mi alumnado y a modo de recursos didácticos, los analizamos.
¿Interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna ? Yo pienso que no, lo que pasa es que sí se produce porque se contagian unas personas a otras,donde el carácter de inmediatez influye negativamente al mensaje y en el emisor- receptor,puesto que no importa la correcta gramática y sí un mensaje comprendido aunque este mal escrito o formulado
El papel del profesorado hoy no es el mismo que el de antes (profesorado tradicional) que impartía las clases magistrales, en donde los alumnos atentos tomaban notas, preguntaban las dudas y estaban receptivos a ampliar sus conocimientos.
El “boom” de las tecnologías y dela necesidad de tener todo tipo de información ha dado un giro radical en la enseñanza. La lengua que utilizan los medios de comunicación (prense escrita, radio, televisión, etc.) supera con creces al resto, si excluimos la conversación diaria.
Manuel Alvar afirmaba:” el porvenir de la lengua está en los periodistas, no en los profesores” no estoy de acuerdo el lenguaje lo construimos, usamos y “cambiamos”(a nuestro “antojo”) entre todos. Yo creo que a lo que él se refería es que al tener más influencia sobre la población los periodistas que los profesores pues entonces dijo que el porvenir esté en ellos (periodistas).
Los profesores de hoy tenemos que “filtrar”, revisar, y supervisar la información que tienen los alumnos. Procurar que sea un lenguaje cuidado y enriquecido, ya que esto no siempre ha sido así por parte de los medios de comunicación.
Muchas veces las prisas en las redacciones, las apresuradas traducciones, la falta de autocrítica, etc ha contribuido a ello, lejos de enriquecer el idioma lo empobrecen.
Nos gustaría que se exigiera mayor cuidado de la lengua a estos medios ya que son los que más la usan y quienes tienen más posibilidades de difundirla.
Veamos algunos ejemplos tomados de Fernández Martínez (2005) de algunas peculiaridades periodísticas:
-El ejemplo del infinitivo impersonal como verbo principal, conocido como infinitivo radiofónico: “Y decir que en el torneo de Berlín la victoria ha sido para…”, en TV2, Estadio 2, el 13/05/01.
-El uso indebido del posesivo al lado de un adverbio, anglicismos como la utilización de la pasiva “estar siendo + participio” en lugar de la pasiva refleja: “...cuyo anteproyecto está siendo debatido por la comunidad educativa”, en La Razón del 31/05/01.
Los docentes debemos de tener en cuenta que el lenguaje no es sólo mera corrección sino un vehículo de comunicación de conceptos. Los profesores debemos de poner atención al uso cotidiano que se hace en los medios de: las metáforas, metonimias, sinécdoques etc.
Los alumnos deben enriquecerse con los dos lenguajes el de los medios de comunicación que los “invaden” a diario y el de los profesores.
En los medios de comunicación destaca el lenguaje de la publicidad que es “manipulador”, los profesores deben recibirlo de la manera más adecuada para enseñar a los alumnos a tener una actitud crítica ante este lenguaje.
2. ¿Una interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna?
No tiene porqué una interactividad mayor implicar un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua. Debemos enseñar a los alumnos las diferentes situaciones comunicativas que se le pueden presentar y los diferentes registros lingüísticos que deberían usar en cada caso, adaptados a esos contextos concretos(ejemplo no es lo mismo como hablamos entre amigos o en la familia que en una charla o conferencia o coloquio ante un público que está expectante y receptivo ante nuestras palabras para a partir de ellas saber algo de nosotros si no nos han visto antes o no nos conocen de nada), además en este contexto juega un papel importante el lenguaje gestual(no verbal) y las actitudes que adoptemos.
Voy a hablar sobre el video de esta actividad 34,ya que me ha parecido interesante.
El video nos habla de una charla coloquio que se hizo en Burgos, y en donde participaron Urdaci y Mª Antonia Iglesias.La charla se llamaba "El español ante los medios de comunicación".
Para Urdaci,la lengua virtual desfigura la realidad por eufemismo.Hay una contaminación con dos vertientes: una positiva y otra negativa.La positiva es que hay un aumento de la participación, más gente tiene acceso a los medios y hay una interactividad.La negativa es que hay que elevar el nivel que se les pide a los medios de comunicación ya que en la mayoría de los casos cometen errores y éstos llegan a la población.
Mª Antonia Iglesias destaca la perversión del lenguaje en la televisión y en los teléfonos móviles a través de los sms.Ella destaca la importancia de la lectura.Si un niño desde pequeño lee no tendrá faltas de ortografía y esto demuestra que ha leido,frente a un joven de 30 años que comete muchas faltas de ortografía, y esto evidencia que ha leido poco.
Para el director de esta charla,los medios de comunicación tienen mayor responsabilidad pública en el tratamiento del lenguaje,sobre todo los periodistas.
Teniendo en cuenta que empecé mis estudios universitarios en Traducción e Interpretación, y que luego acabé Periodismo, creo que mi opinión podría tomarse como referencia, puesto que sé cómo se trabaja en una profesión que tiene mucho que ver con la lengua y su uso (Traducción) y otra en la que lo que preocupa es la noticia y no el uso de la lengua para contarla. O sea, en los medios, sobretodo en prensa escrita que es donde mayoritariamente se perciben los errores (entre otras cosas porque es lo que tenemos a mano y lo que leemos) importa el cómo, pero es un cómo basado en la “forma” en la que se cuenta, de tal manera que resulte a veces incluso morbosa, y no un cómo en el que el “fondo” transcrito resulte adecuado a la lengua. Por ejemplo, en la oración:
“Romario, que marcó tres goles y le fueron anulados otros dos, puso en pie al público en el Camp Nou”
En este caso muy probablemente el periodista o redactor estuviese más interesado en destacar el hecho de que Romario marcó los tres goles pero que le quitaron dos y por eso el público se levantó a rechistar, que en escribir con corrección: Romario, que marcó tres goles Y AL QUE le fueron anulados otros dos, puso en pie al público del Camp Nou, evitando así lo que se denomina zeugma.
Tanto este como otros muchos casos (no solo de zeugmas o elipsis, sino otro tipo de errores) se dan con bastante frecuencia, si bien es cierto que en televisión se usa un lenguaje más neutral e incluso más coloquial dependiendo del programa. Aún así, la influencia de los mass media es tal que los lectores llegan a tomarlos como referencias. Y en efecto, podrían tomarse como referencia, pero no dejarse influir por el uso que estos hacen de la lengua porque muchas veces no es el adecuado.
Y ahí es donde el papel del profesor desempeña una labor importante y, para mí, absolutamente imprescindible. Pues es el docente quien conoce (o debería conocer) la presencia de todo tipo de incongruencias que se presenta en los medios y por tanto quien deberá transmitírselas a los alumnos, apoyarse en este tipo de recursos para hacerles ver que la influencia o el poder de manipulación puede conllevar a cometer errores en la lengua y tratar de corregirlos y evitar que ellos también los cometan.
Por otro lado, estoy muy de acuerdo con aquello de que los hispano hablantes tenemos la suerte de hablar un idioma que nos capacita para ponernos en comunicación con cientos de millones de personas en el mundo y que ello amplía nuestras posibilidades de comunicación. Por tanto, la interactividad permite un enriquecimiento porque si bien es cierto que todos hablamos español, no todos lo hacemos de la misma manera; así que habrá dialectos que desconozcamos y que nos resulte interesante conocer. Ahora bien, la multiplicidad de usos podría producir un empobrecimiento del lenguaje en tanto en cuanto nos dejemos llevar por una práctica inadecuada o inapropiada de su uso.
Desde mi punto de vista y tal vez desde el punto de vista de la mayoría, la labor del profesor, junto con el de las familias, es muy importante en cuanto a la realización del alumno. Cierto es que si leemos más cometemos menos faltas de ortografía, pero no solo en la lectura radica la fuente de aprendizaje. Y con esto no quiero quitarle importancia a la lectura. Lo único que intento decir es que una persona aprende también de forma oral, escuchando a otras personas. Y aquí es donde entra la labor impartida por el profesor: si se ha sabido enseñar bien la lengua castellana, la persona que aprende de forma oral tendrá las suficientes herramientas como para decir si lo que escucha es correcto o no.
Sin abandonar este aprendizaje de la lengua de forma oral, tengo que decir que, como dice Juan Manuel de Prada en el vídeo, los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad pública e influyen mucho en el pensamiento y habla de las personas. Pero hay que destacar también que los medios de comunicación cometen muchos errores lingüísticos graves diariamente.
Por otra parte, no estoy nada de acuerdo con lo que dice María Antonia Iglesias con respecto al uso de los SMS. En primer lugar, todos escribimos “mal” en un SMS, un whatsapp o un mensaje de facebook, pero no porque no sepamos escribir bien sino por un principio de economía lingüística. Nos tenemos que amoldar a las características de estas aplicaciones y a la rapidez con la que queremos enviar el dichoso mensaje. Cierto es que habrá gente que no sepa distinguir las palabras que van con “b” o “v” y gente que, por andar acostumbrada a estas herramientas, fallen a la hora de escribir en un documento formal, pero los SMS no son la raíz de este problema.
A la pregunta de si debemos bajar el nivel o no, mi respuesta es no. Como futuros profesores debemos mantener el nivel adecuado a las necesidades de nuestros alumnos y cortar el problema de raíz con diversos métodos.
Poseer conocimientos ha dejado de ser lo más importante. El acceso a él actualmente es tan sumamente fácil que ha perdido ese refinado y rimbombante traje de luces con el que nos deslumbraba despiadadamente. Gran parte de los conocimientos que un profesor intenta transmitir o enseñar al alumno están al alcance un par de clicks. Y eso lo sabe el alumno. También es plenamente consciente de que esos conocimientos están ahí y nadie los va a eliminar; por lo que él puede hacer uso de ellos cuando quiera, sin necesidad de estar ocupando ahora ese precioso espacio que tiene en su disco duro interno. ¿Cuál es el papel de un profesor cuando la esencia de su profesión (los conocimientos) ha perdido tanto su valor? Pues enseñar al alumno a pensar, a ser crítico con la información que le bombardea día a día. Debemos enseñarle el acceso a ese conocimiento para que pueda disponer de él cuando quiera y lo maneje de manera adecuada, sin dejarse engañar y aplicando toda su capacidad crítica. Respecto a la interactividad del lenguaje, creo que el principal problema es que se está confundiendo abreviatura con falta de ortografía, y la capacidad para diferenciar registros cada día es más nula.
En mi opinión, el papel del profesor es muy importante para trabajar el lenguaje en los medios de comunicación, ya que como docentes nos daría mucho juego para trabajar en clase y, además, nos serviría para motivar a los alumnos ya que éstos reciben mucha información diariamente a través de diversos medios, por lo que tendríamos diversos recursos de los que partir para comenzar a trabajar el lenguaje y su uso en los medios.
Como docentes debemos enseñarles a que no existe una verdad absoluta, sino que se representa la realidad desde diferentes puntos de vista, haciendo uso de algunos recursos lingüísticos, como las metáforas, los eufemismos… para que la información que estén dando en ese momento se ajuste a lo que pretenden realmente, es decir, que manipulan las palabras para conseguir unos fines determinados.
Es muy positivo que se produzca una mayor interactividad en la comunicación, ya que estamos continuamente conectados y en contacto con otras personas, pero esto puede influir en la decadencia del uso de nuestra lengua materna, ya que nos “relajamos” al comunicarnos en un contexto familiar, pero los medios de comunicación deberían cuidar su lenguaje y el uso de éste ya que están influyendo y llegando a muchas personas. Por esto es muy importante que los colegios se centren en estos aspectos y se enseñe a analizar la información que reciben para que sepan manejarse adecuadamente en el futuro y evitar que les engañen por no conocer los diversos usos del lenguaje en estos medios.
Nuestros jóvenes, al igual que la sociedad en su conjunto, están expuestos al continuo flujo de información de los medios de comunicación. La información está al alcance de todos a través de los medios tradicionales, y con el auge de las nuevas tecnologías se ha dado un paso más, ya que la información se ha convertido en un bien global, que circula sin cortapisas y que permite la interacción de los interlocutores. Sin embargo, el volumen ingente de información no supone que la calidad de la misma sea óptima, sino todo lo contrario. En esa abundancia nos encontramos con mensajes erróneos, incompletos, tergiversados. El lenguaje es el vehículo que nos sirve para construir esos mensajes, lo que conlleva a un mal uso del mismo en no pocas ocasiones. Las prisas en las redacciones de los medios y la falta de profesionalidad o compromiso vierten a diario errores gramaticales y ortográficos al alcance de nuestros alumnos. La labor de los docentes es la de ser guardianes de la lengua intentando descubrir y corregir errores. Los profesores deben garantizar en la medida de lo posible que sus pupilos hagan un correcto uso de la lengua, hablada y escrita, y que sean asimismo ciudadanos críticos con la información que reciben.
La interactividad supone un mayor número de usuarios haciendo uso de la lengua y convirtiéndose en emisores, por tanto la probabilidad de que se cometan errores aumenta exponencialmente. Ello no quiere decir que la interactividad suponga una amenaza para nuestra lengua, más bien todo lo contrario. La riqueza del español, lengua oficial en 21 países, hablada por casi 500 millones de personas, crece con la interacción de sus usuarios. El problema reside en garantizar el correcto uso de la lengua y el respeto a la norma. En este punto, los medios de comunicación se han olvidado de que juegan un papel fundamental. La educación, no obstante, no debe olvidarlo nunca y debe ser uno de los pilares –no el único, porque la responsabilidad debe ser conjunta- para garantizar que los jóvenes aprenden a usar su lengua con corrección, respeto y aprecio. Una vez más, como en tantas ocasiones, la esperanza de mejora reside en la educación.
Cada vez hay más gente que tiene acceso a los medios . Cada vez estamos más dependientes de las fuentes de comunicación. En este caso interactividad es algo muy fundamental: expresamos nuestros puntos de vista, nuestras ideas y opinamos. Y claro, de allí viene otro problema, que el nivel de uso de la lengua es mucho más bajo de lo normal. Es decir, usamos un lenguaje diferente: cambiamos la ortografía de las palabras para que sea más rápido escribirlas, “cortamos” las palabras de la manera inusual, nos expresamos con muchas palabras informales. Por un lado (en mi opinión), eso no está tan mal, porque eso es desarrollo de la lengua. La lengua cambia con el desarrollo del mundo y eso es totalmente lógico y obvio. Hace muchos siglos español era una lengua muy diferente de la que hablamos hoy. Será que ahora, con nuevas tecnologías, la lengua castellana intenta “adaptarse” a otro estilo de vida. Por otro lado, claro, este “desarrollo” de la lengua va por mal camino, porque la simplificamos mucho, quizá demasiado. Es decir, no preocupamos por la ortografía, no hay ni reglas ni límites en cuanto a escribir bien. Sin darnos cuenta empezamos usar este lenguaje en nuestra vida diaria, y eso no puede ser, porque de esa manera sí que hay un descenso en el nivel de uso de la lengua. La persona acostumbra a escribir mal y empieza a hablar mal.
En cuanto al papel del profesor, yo creo que ha cambiado mucho. El nivel de exigencias hacia el alumnado no tiene nada que ver con el nivel que había antes. Ahora mismo, el profesor parece ser más un guía, que alguien que te da conocimientos y te explica algo nuevo. Hay muchas fuentes de información por todos lados, un niño fácilmente puede obtener sus conocimientos de la tele, internet, etc. Un profesor ya no se considera un fuente de los conocimientos y tampoco tiene tanto respeto como antes.
23 comentarios:
a) Papel del profesorado, hoy.
El papel del profesorado hoy en día ha cambiado si partimos del modelo tradicional de profesor. El auge de las tecnologías y la necesidad de estar en todo momento informados, valores que podemos señalar como diferenciales de este postmodernismo en que vivimos, están suponiendo cambios irreversibles en la educación.
Entre los aspectos negativos, los textos señalan que el docente debe estar más atento que nunca para que el alumno sepa discriminar, con sentido crítico, los contenidos que ofrecen estos medios de comunicación. El bombardeo diario es incesante y, además, esto debe incidir en los aspectos de cuidado de lenguaje, que suele estar descuidado en este ámbito de la información. Como señala el documento "El uso del español y los medios de comunicación", "las prisas en las redacciones, las apresudaras traducciones, [...] lejos de enriquecer el idioma, lo empobrecen". El docente, por tanto, no solo tiene que centrar su atención en el aula, sino a todo lo externo que la rodea: los errores lingüísticos, sí, pero también la manipulación.
b) ¿Interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna?
No; lo que implica es el cambio de paradigma: de lo real a lo virtual, de la pizarra y el papel al dispositivo electrónico. Sin embargo, en este aspecto tiene gran trascendencia, a mi juicio, la opinión de Ricardo Senabre. Las nuevas normas ortográficas de la RAE son objeto de polémica, pues parece, en un intento de adecuar y consensuar una norma para todos los hablantes hispanos, que ha dejado lagunas o al menos dudas razonables en sus orientaciones y sugerencias.
Los casos, por citar algunos, de solo, truhan, guion, la denominación de doble uve cuando ya teníamos uve doble, etc. suscitan controversia. Es más complejo para el profesor de secundaria explicar los determinantes y sus funciones ahora que no llevan tilde. Todo esto, sin citar los casos con las lenguas vernáculas, como A Coruña, Girona, etc. cuando no se habla catalán o gallego.
Sin embargo, Saussure afirmaba que una lengua puede ser estudiada tanto en un momento particular como a través de su evolución en el tiempo. Dejemos, pues, que estas polémicas susciten mejoras futuras y, sobre todo, marquen líneas que traten de aunar políticas lingüísticas más ajustadas a la realidad del hablante y que faciliten la comprensión de la materia prima de toda lengua: la palabra.
Es obvio que vivimos en un mundo donde la información de todo tipo nos rodea y nos llega casi simultáneamente al momento en que se produce. Ya no nos sorprende el hecho de conocer la información de primera mano, gracias al instantáneo y tremendo alcance de los medios de comunicación. Hoy en día, en nuestra sociedad es relativamente fácil interactuar directamente sobre la información, es decir, hay una mayor interactividad del ciudadano. Esta realidad repercute en la uniformidad, ya no solo de pensamiento, sino también desde el punto de vista del uso del lenguaje. La dinámica lógica de este proceso es que la gran mayoría de la ciudadanía termine hablando de la misma manera, utilizando los mismos recursos lingüísticos o el mismo léxico. En definitiva, la sospecha de que el lenguaje se empobrezca, no cabe duda, es plausible. No obstante, no hay que ser agoreros ni dejarse llevar por ideas apocalípticas. Lo único que hay que hacer es incidir en la correcta enseñanza del lenguaje, mostrar su riqueza en recursos, formas, contenidos, valores, usos, funciones, etc. En este sentido, el profesorado tiene una meta bien definida: exprimir a fondo el lenguaje y mostrar a nuestros alumnos que dominar la lengua materna y saber utilizarla en cada contexto y situación garantiza un mayor éxito social, laboral, afectivo, etc.
De otro lado, es obvio, y ya hemos incidido bastante respeto de este asunto en otras actividades, que debemos enseñar al alumno a ser crítico y analítico con la información que le viene, en forma de torbellino, desde los medios de comunicación así como desde las redes sociales, etc. Sabemos, como adelanté en el anterior párrafo, que el lenguaje es un arma poderosísima y que de su uso dependen las diferentes consecuencias posteriores. Es muy fácil convencer a casi cualquiera de que el blanco es negro si utilizamos las palabras adecuadas, revestidas de un contexto específico, engalanadas con una entonación y unos gestos concretos, etc. Por tanto, como docentes tenemos la obligación de mostrar a nuestros alumnos los diferentes recursos lingüísticos que permiten manipular y tergiversar cualquier información: los eufemismos, la connotación, las perífrasis, los dobles sentidos, las repeticiones, etc.
Buenas tardes:
¿Cuál es el papel del profesor de hoy día?
Bajo mi punto de vista, la labor del docente de carácter tradicional no es la adecuada porque no ejerce una comunicación en uso. Para que la lengua y su uso sean efectivas debe producirse un continuo feeback entre alumno y profesor, y no limitarse a exponer su tradicional discurso magistral.
Si sumamos esto a el mal uso que pueda producirse en algunos canales de televisión, y una escasa lectura de los jóvenes, estamos ante un decadente y mal uso del lenguaje. Asimismo, no solo considero que el docente sea responsable de lo que comunique o, más bien, de cómo comunica, sino que los medios audiovisuales son una fuente de irradiación del lenguaje que se produce de una manera muy momentánea, contaminando el mal uso del lenguaje de todo espectador.
Si la comunicación se realiza a través de la televisión es importante mostrar un lenguaje corporal adecuado, ya que las posturas y gestos nos pueden transmitir cualquier tipo de mensaje.
¿A mayor interactividad, mayor nivel de descenso de uso de nuestra lengua?
La cuestión es que sepamos utilizar adecuadamente las nuevas tecnologías para que el uso del lenguaje no sea nefasto ni descienda.
Sin embargo, considero que a mayor uso de la lengua en los medios de comunicación, mayor es el riesgo de cometer errores o de mal uso. Tal es así que los mensajes a través de móviles, chats o redes sociales nos han jugado una mala pasada en cuanto a ortografía se refiere.
Por otro lado, la expresión lingüística corre peligro en muchos canales de televisión, puesto que hay muchos personajes con un uso muy pobre e inapropiado del lenguaje que se exponen cada día en nuestras pantallas.
Saludos
Buenas tardes,
Desde luego no puedo estar más de acuerdo con que un mayor número de hablantes interactúen con la lengua. En la estratosfera en la que se ha colocado la lengua en los últimos siglos, parece que solo hablaban bien los emperifollados capitalinos con carrera o estudios, letrados y perfumados que –a ser posible- tuvieran afición a la pluma. Nada más lejos. La lengua es un instrumento al servicio de todos que nos conecta y nos comunica, sin artificios ni reglas que sean sus barrotes y su cárcel. Cierto es que, debido al número tan alto de hablantes de una misma lengua, es necesario crear una normativa común que sea orientativa, pero es de ilusos pensar que solo una pequeña élite desde sus sillones de cuero pueden cambiar ese lengua. Como también lo es pensar que la prensa puede dominar la lengua. Hoy en día la prensa es un medio difusor, un referente –como lo eran antes las figuras de autoridad tales como el maestro, el médico y el sacerdote que eran ejemplo a seguir y fuente de nuevo léxico-. La propia literatura ha sido vehículo de modas lingüísticas y nuevas expresiones, así como una base de nuestro propio colectivo lingüístico –metáforas, figuras, expresiones-. Sin embargo, la lengua es libre y hoy más que nunca está a favor del usuario que la difunde y se vale de ella en las REDES SOCIALES. Ese es el verdadero medio –en el minuto exacto en el que estoy hablando-, donde los referentes quedan determinados por las modas –por ejemplo el famoso “ya tu sabeh” o el “ola q hace?” que se ha vuelto una jerga adoptada por muchos cibernautas. La lengua más que nunca ha pasado a ser un caracter. Doy un paso más en mi reflexión para decir que ayer era la prensa, hoy son las redes sociales las que determinan como se habla. Ya no se puede hablar de una lengua de siglos, sino de una lengua minutada. Se puede saber más que nunca cómo habla una persona por cómo escribe en sus redes sociales, volviendo la escritura en un dibujo que expresa a la perfección cómo hablamos cuando escribimos, como dos tipos de hablantes en uno mismo: el hablante que somos cuando hablamos con la palabra, el hablante que somos con un teclado en las manos –ya sea de ordenador o de nuestros teléfonos móviles-.
¿Cómo se puede reglar entonces esa cantidad de intercambio comunicativo? La universalidad y el contacto entre varias zonas de habla hacen que tengamos que ir aceptando una norma cercana, en uso, cambiante, más democrática que nunca. ¿Dónde quedamos como profesores? ¿Qué autoridad somos? Ya no hay autoridades, hay árbitros. Como profesores propongo un papel en el aula de árbitros. Los hablantes se atienen a unas normas aceptadas para el entendimiento entre todas las partes. Esa norma es la académica que se ha ido deformando un poco a medida que la prensa y la influencia de los individuos han ido tumbando o alzando normas. Como profesores nuestro cometido es velar que todas las partes velan por ese código común y se atienen a una norma flexible que ayuda a que todos nos entendamos.
Saludos,
Verónica.
Buenas tardes,
a)Hoy en día, el papel del profesorado ha perdido cierta relevancia. Ya no es aquella figura de referencia para el alumnado, que se volcaba en imitar tanto su manera de hablar, como su comportamiento en general. Se le tenía un gran respeto, que poco a poco se le ha ido perdiendo. En la mayoría de las ocasiones se ve al profesor como u mero transmisor de información que se debe aprender. Ya no se le copian sus actos, más bien, apenas se presta atención a ellos.
El alumnado de hoy en día tiene otros referentes, como son aquellos personajes televisivos con los que comparten horas del día, a los que escuchan y les causa gracia su forma de hablar. Es inaudito que podamos escuchar a los alumnos como imitan formas de comportamientos tales, como por ejemplo, la del personaje mediático, Rafa Mora, o los archiconocidas expresiones de Belén Esteban.
b)Una mayor interactividad implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna en tanto que el uso tanto de chats como de los sms, entre otros, llevan asociado el uso de un lenguaje abreviado, de un uso de “k” en lugar de “qu”, de “y” en lugar de “ll”, así como la abstención del uso de la “h”, o el no tildar. Es una práctica que los jóvenes realizan constantemente, y acostumbrados a ello, entran en infinitos conflictos a la hora de redactar cualquier escrito formal. Y es la realidad que el profesor se encuentra día a día en el aula.
El lenguaje actual influenciado por los distintos medios de comunicación se ha visto perjudicado en ocasiones por las numerosas faltas de expresiones y de ortografías de los alumnos. Además se ha perdido la capacidad de realizar una lectura profunda dificultando la capacidad de concentración en aquello que están trabajando. Ante todos esos elementos debemos los profesores enfrentarnos en las aulas añadiendo también el mal uso que se puede hacer de las fuentes de información, ya que nuestros alumnos tienen un gran facilidad de alcanzar los distintas fuentes de información por lo que deben aprender a descartar cuales son las más fidedignas de aquellas que solo ofrecen criterios personales y subjetivos.
Asimismo debemos enseñarles a reflejar sus opiniones personales sin mostrar carencias ni deficiencias en el lenguaje escrito ya que se en nuestra sociedad se le da mucha importancia a que no se cometan ese tipo de faltas. Estamos ante una generación que tiene a su alcance una gran capacidad para comunicarse, pero el problema lo encontramos con el lenguaje que utilizan para llevar a cabo dicha acción, ya que se ha optado por la minimización de las palabras que se usan en esos mensajes empeorando el estado de las faltas de ortografía. Ante eso los profesores debemos batallar, pero no solo desde el ámbito de lengua castellana sino desde todos los ámbitos de la educación para favorecer el enriquecimiento y el desarrollo personal de los alumnos.
Hola a todos:
El papel del profesor siempre ha sido más que el de ser un mero docente. En parte también fueron y son educadores, animadores o modelos de imitación. Hoy en día, al estar los chicos expuestos a tanta información invadiéndoles desde los medios, vienen al aula con muchas ideas y conceptos preconcebidos que tenemos que, de alguna manera, ordenar para enseñarles a ser críticos y poder distinguir la información relevante o veraz de entre todo el potaje de letras y símbolos. Según Manuel Alvar, “el porvenir de la Lengua está en los periodistas, no en los profesores”, sin embargo, no estoy de acuerdo ya que, por ejemplo, en la red cualquiera puede escribir, ser emisor de información a través de un blog, una página o una red social, sea periodista o no, por lo que pienso que entre todos construimos el lenguaje y es responsabilidad de todos el cuidarlo y enriquecerlo. Pero si tenemos en cuenta que casi todos pasamos por la escuela, resulta fundamental la labor del profesor para que el alumno tenga una buena educación base y una actitud crítica que le permita crecer de forma madura y correcta.
¿Una interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna?
No necesariamente, simplemente hay que enseñarle a los alumnos a que aprendan a diferenciar contextos informales de formales. Cada uno puede hablar con sus amigos como quiera, pero dentro de un entorno académico o profesional hay que respetar las normas establecidas del lenguaje culto. El problema, creo yo, es saber llegar a los chicos y que comprendan bien los diferentes registros que se pueden dar para que se expresen correctamente en cada situación comunicativa.
Saludos
Yo abogo por el uso correcto del lenguaje sin grandes estilismos, es cierto que los medios de comunicación destruyen la gramática con usos indebidos que se ponen de moda y se generalizan por el simple hecho de salir en los mass-media.
La gramática, ese conjunto de normas para hablar y escribir correctamente una lengua es destruida en la televisión, el medio de comunicación más accesible.
La mala praxis , se refleja en los mensajes de texto de los jóvenes, en los que tienen faltas de ortografía y como no conocen bien la norma, no se le da importancia.
Hoy día todo vale en el sector comunicativo con tal de tener rentabilidad. La gramática audiovisual dista bastante de la gramática normativa en lo que a los medios de comunicación se refiere.
Como bien recoge esta pieza informativa,los medios de comunicación tienen una responsabilidad pública en cuanto a la competencia lingüística de los televidentes.
¿Papel del profesorado hoy?
Un docente ha de ser consciente la influencia de los medios de comunicación en el alumnado y debe analizar el grado de dicha influencia en los jóvenes. La televisión que más vende es la que no atiende al criterio intelectual, a diferencia de los periódicos y la radio, que por suerte si siguen esa línea profesional.
El profesor tiene que trabajar con los medios para lograr los objetivos de estructurar-organizar el conjunto de las informaciones, completar y profundizar en algunas de ellas, invitar a contrastar, comprobar e investigar sobre ciertas informaciones - palabras expresiones emitidas por los medios de comunicación, el docente tiene que fomentar la actitud crítica y el análisis.
Yo (Alexis) como docente, intentaría desmitificar los medios mediante el empleo en el aula,de los programas que más consume mi alumnado y a modo de recursos didácticos, los analizamos.
¿Interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna ?
Yo pienso que no, lo que pasa es que sí se produce porque se contagian unas personas a otras,donde el carácter de inmediatez influye negativamente al mensaje y en el emisor- receptor,puesto que no importa la correcta gramática y sí un mensaje comprendido aunque este mal escrito o formulado
Buenas tardes compañeros:
Paso a responder la actividad 34:
1. ¿Papel del profesorado hoy?
El papel del profesorado hoy no es el mismo que el de antes (profesorado tradicional) que impartía las clases magistrales, en donde los alumnos atentos tomaban notas, preguntaban las dudas y estaban receptivos a ampliar sus conocimientos.
El “boom” de las tecnologías y dela necesidad de tener todo tipo de información ha dado un giro radical en la enseñanza. La lengua que utilizan los medios de comunicación (prense escrita, radio, televisión, etc.) supera con creces al resto, si excluimos la conversación diaria.
Manuel Alvar afirmaba:” el porvenir de la lengua está en los periodistas, no en los profesores” no estoy de acuerdo el lenguaje lo construimos, usamos y “cambiamos”(a nuestro “antojo”) entre todos. Yo creo que a lo que él se refería es que al tener más influencia sobre la población los periodistas que los profesores pues entonces dijo que el porvenir esté en ellos (periodistas).
Los profesores de hoy tenemos que “filtrar”, revisar, y supervisar la información que tienen los alumnos. Procurar que sea un lenguaje cuidado y enriquecido, ya que esto no siempre ha sido así por parte de los medios de comunicación.
Muchas veces las prisas en las redacciones, las apresuradas traducciones, la falta de autocrítica, etc ha contribuido a ello, lejos de enriquecer el idioma lo empobrecen.
Nos gustaría que se exigiera mayor cuidado de la lengua a estos medios ya que son los que más la usan y quienes tienen más posibilidades de difundirla.
Veamos algunos ejemplos tomados de Fernández Martínez (2005) de algunas peculiaridades periodísticas:
-El ejemplo del infinitivo impersonal como verbo principal, conocido como infinitivo radiofónico: “Y decir que en el torneo de Berlín la victoria ha sido para…”, en TV2, Estadio 2, el 13/05/01.
-El uso indebido del posesivo al lado de un adverbio, anglicismos como la utilización de la pasiva “estar siendo + participio” en lugar de la pasiva refleja: “...cuyo anteproyecto está siendo debatido por la comunidad educativa”, en La Razón del 31/05/01.
Los docentes debemos de tener en cuenta que el lenguaje no es sólo mera corrección sino un vehículo de comunicación de conceptos. Los profesores debemos de poner atención al uso cotidiano que se hace en los medios de: las metáforas, metonimias, sinécdoques etc.
Los alumnos deben enriquecerse con los dos lenguajes el de los medios de comunicación que los “invaden” a diario y el de los profesores.
En los medios de comunicación destaca el lenguaje de la publicidad que es “manipulador”, los profesores deben recibirlo de la manera más adecuada para enseñar a los alumnos a tener una actitud crítica ante este lenguaje.
2. ¿Una interactividad mayor implica un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua materna?
No tiene porqué una interactividad mayor implicar un descenso en el nivel de uso de nuestra lengua. Debemos enseñar a los alumnos las diferentes situaciones comunicativas que se le pueden presentar y los diferentes registros lingüísticos que deberían usar en cada caso, adaptados a esos contextos concretos(ejemplo no es lo mismo como hablamos entre amigos o en la familia que en una charla o conferencia o coloquio ante un público que está expectante y receptivo ante nuestras palabras para a partir de ellas saber algo de nosotros si no nos han visto antes o no nos conocen de nada), además en este contexto juega un papel importante el lenguaje gestual(no verbal) y las actitudes que adoptemos.
Saludos.Ana-Elisa.
Buenas noches compañeros de clase:
Voy a hablar sobre el video de esta actividad 34,ya que me ha parecido interesante.
El video nos habla de una charla coloquio que se hizo en Burgos, y en donde participaron Urdaci y Mª Antonia Iglesias.La charla se llamaba "El español ante los medios de comunicación".
Para Urdaci,la lengua virtual desfigura la realidad por eufemismo.Hay una contaminación con dos vertientes: una positiva y otra negativa.La positiva es que hay un aumento de la participación, más gente tiene acceso a los medios y hay una interactividad.La negativa es que hay que elevar el nivel que se les pide a los medios de comunicación ya que en la mayoría de los casos cometen errores y éstos llegan a la población.
Mª Antonia Iglesias destaca la perversión del lenguaje en la televisión y en los teléfonos móviles a través de los sms.Ella destaca la importancia de la lectura.Si un niño desde pequeño lee no tendrá faltas de ortografía y esto demuestra que ha leido,frente a un joven de 30 años que comete muchas faltas de ortografía, y esto evidencia que ha leido poco.
Para el director de esta charla,los medios de comunicación tienen mayor responsabilidad pública en el tratamiento del lenguaje,sobre todo los periodistas.
Un saludo y buenas noches.Ana-Elisa.
Teniendo en cuenta que empecé mis estudios universitarios en Traducción e Interpretación, y que luego acabé Periodismo, creo que mi opinión podría tomarse como referencia, puesto que sé cómo se trabaja en una profesión que tiene mucho que ver con la lengua y su uso (Traducción) y otra en la que lo que preocupa es la noticia y no el uso de la lengua para contarla. O sea, en los medios, sobretodo en prensa escrita que es donde mayoritariamente se perciben los errores (entre otras cosas porque es lo que tenemos a mano y lo que leemos) importa el cómo, pero es un cómo basado en la “forma” en la que se cuenta, de tal manera que resulte a veces incluso morbosa, y no un cómo en el que el “fondo” transcrito resulte adecuado a la lengua. Por ejemplo, en la oración:
“Romario, que marcó tres goles y le fueron anulados otros dos, puso en pie al público en el Camp Nou”
En este caso muy probablemente el periodista o redactor estuviese más interesado en destacar el hecho de que Romario marcó los tres goles pero que le quitaron dos y por eso el público se levantó a rechistar, que en escribir con corrección: Romario, que marcó tres goles Y AL QUE le fueron anulados otros dos, puso en pie al público del Camp Nou, evitando así lo que se denomina zeugma.
Tanto este como otros muchos casos (no solo de zeugmas o elipsis, sino otro tipo de errores) se dan con bastante frecuencia, si bien es cierto que en televisión se usa un lenguaje más neutral e incluso más coloquial dependiendo del programa. Aún así, la influencia de los mass media es tal que los lectores llegan a tomarlos como referencias. Y en efecto, podrían tomarse como referencia, pero no dejarse influir por el uso que estos hacen de la lengua porque muchas veces no es el adecuado.
Y ahí es donde el papel del profesor desempeña una labor importante y, para mí, absolutamente imprescindible. Pues es el docente quien conoce (o debería conocer) la presencia de todo tipo de incongruencias que se presenta en los medios y por tanto quien deberá transmitírselas a los alumnos, apoyarse en este tipo de recursos para hacerles ver que la influencia o el poder de manipulación puede conllevar a cometer errores en la lengua y tratar de corregirlos y evitar que ellos también los cometan.
Por otro lado, estoy muy de acuerdo con aquello de que los hispano hablantes tenemos la suerte de hablar un idioma que nos capacita para ponernos en comunicación con cientos de millones de personas en el mundo y que ello amplía nuestras posibilidades de comunicación. Por tanto, la interactividad permite un enriquecimiento porque si bien es cierto que todos hablamos español, no todos lo hacemos de la misma manera; así que habrá dialectos que desconozcamos y que nos resulte interesante conocer. Ahora bien, la multiplicidad de usos podría producir un empobrecimiento del lenguaje en tanto en cuanto nos dejemos llevar por una práctica inadecuada o inapropiada de su uso.
Desde mi punto de vista y tal vez desde el punto de vista de la mayoría, la labor del profesor, junto con el de las familias, es muy importante en cuanto a la realización del alumno. Cierto es que si leemos más cometemos menos faltas de ortografía, pero no solo en la lectura radica la fuente de aprendizaje. Y con esto no quiero quitarle importancia a la lectura. Lo único que intento decir es que una persona aprende también de forma oral, escuchando a otras personas. Y aquí es donde entra la labor impartida por el profesor: si se ha sabido enseñar bien la lengua castellana, la persona que aprende de forma oral tendrá las suficientes herramientas como para decir si lo que escucha es correcto o no.
Sin abandonar este aprendizaje de la lengua de forma oral, tengo que decir que, como dice Juan Manuel de Prada en el vídeo, los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad pública e influyen mucho en el pensamiento y habla de las personas. Pero hay que destacar también que los medios de comunicación cometen muchos errores lingüísticos graves diariamente.
Por otra parte, no estoy nada de acuerdo con lo que dice María Antonia Iglesias con respecto al uso de los SMS. En primer lugar, todos escribimos “mal” en un SMS, un whatsapp o un mensaje de facebook, pero no porque no sepamos escribir bien sino por un principio de economía lingüística. Nos tenemos que amoldar a las características de estas aplicaciones y a la rapidez con la que queremos enviar el dichoso mensaje. Cierto es que habrá gente que no sepa distinguir las palabras que van con “b” o “v” y gente que, por andar acostumbrada a estas herramientas, fallen a la hora de escribir en un documento formal, pero los SMS no son la raíz de este problema.
A la pregunta de si debemos bajar el nivel o no, mi respuesta es no. Como futuros profesores debemos mantener el nivel adecuado a las necesidades de nuestros alumnos y cortar el problema de raíz con diversos métodos.
Poseer conocimientos ha dejado de ser lo más importante. El acceso a él actualmente es tan sumamente fácil que ha perdido ese refinado y rimbombante traje de luces con el que nos deslumbraba despiadadamente.
Gran parte de los conocimientos que un profesor intenta transmitir o enseñar al alumno están al alcance un par de clicks. Y eso lo sabe el alumno. También es plenamente consciente de que esos conocimientos están ahí y nadie los va a eliminar; por lo que él puede hacer uso de ellos cuando quiera, sin necesidad de estar ocupando ahora ese precioso espacio que tiene en su disco duro interno.
¿Cuál es el papel de un profesor cuando la esencia de su profesión (los conocimientos) ha perdido tanto su valor? Pues enseñar al alumno a pensar, a ser crítico con la información que le bombardea día a día. Debemos enseñarle el acceso a ese conocimiento para que pueda disponer de él cuando quiera y lo maneje de manera adecuada, sin dejarse engañar y aplicando toda su capacidad crítica.
Respecto a la interactividad del lenguaje, creo que el principal problema es que se está confundiendo abreviatura con falta de ortografía, y la capacidad para diferenciar registros cada día es más nula.
Buenos días a todos.
En mi opinión, el papel del profesor es muy importante para trabajar el lenguaje en los medios de comunicación, ya que como docentes nos daría mucho juego para trabajar en clase y, además, nos serviría para motivar a los alumnos ya que éstos reciben mucha información diariamente a través de diversos medios, por lo que tendríamos diversos recursos de los que partir para comenzar a trabajar el lenguaje y su uso en los medios.
Como docentes debemos enseñarles a que no existe una verdad absoluta, sino que se representa la realidad desde diferentes puntos de vista, haciendo uso de algunos recursos lingüísticos, como las metáforas, los eufemismos… para que la información que estén dando en ese momento se ajuste a lo que pretenden realmente, es decir, que manipulan las palabras para conseguir unos fines determinados.
Es muy positivo que se produzca una mayor interactividad en la comunicación, ya que estamos continuamente conectados y en contacto con otras personas, pero esto puede influir en la decadencia del uso de nuestra lengua materna, ya que nos “relajamos” al comunicarnos en un contexto familiar, pero los medios de comunicación deberían cuidar su lenguaje y el uso de éste ya que están influyendo y llegando a muchas personas. Por esto es muy importante que los colegios se centren en estos aspectos y se enseñe a analizar la información que reciben para que sepan manejarse adecuadamente en el futuro y evitar que les engañen por no conocer los diversos usos del lenguaje en estos medios.
Besos y a disfrutar del fin de semana.
Nuestros jóvenes, al igual que la sociedad en su conjunto, están expuestos al continuo flujo de información de los medios de comunicación. La información está al alcance de todos a través de los medios tradicionales, y con el auge de las nuevas tecnologías se ha dado un paso más, ya que la información se ha convertido en un bien global, que circula sin cortapisas y que permite la interacción de los interlocutores. Sin embargo, el volumen ingente de información no supone que la calidad de la misma sea óptima, sino todo lo contrario. En esa abundancia nos encontramos con mensajes erróneos, incompletos, tergiversados. El lenguaje es el vehículo que nos sirve para construir esos mensajes, lo que conlleva a un mal uso del mismo en no pocas ocasiones. Las prisas en las redacciones de los medios y la falta de profesionalidad o compromiso vierten a diario errores gramaticales y ortográficos al alcance de nuestros alumnos. La labor de los docentes es la de ser guardianes de la lengua intentando descubrir y corregir errores. Los profesores deben garantizar en la medida de lo posible que sus pupilos hagan un correcto uso de la lengua, hablada y escrita, y que sean asimismo ciudadanos críticos con la información que reciben.
La interactividad supone un mayor número de usuarios haciendo uso de la lengua y convirtiéndose en emisores, por tanto la probabilidad de que se cometan errores aumenta exponencialmente. Ello no quiere decir que la interactividad suponga una amenaza para nuestra lengua, más bien todo lo contrario. La riqueza del español, lengua oficial en 21 países, hablada por casi 500 millones de personas, crece con la interacción de sus usuarios. El problema reside en garantizar el correcto uso de la lengua y el respeto a la norma. En este punto, los medios de comunicación se han olvidado de que juegan un papel fundamental. La educación, no obstante, no debe olvidarlo nunca y debe ser uno de los pilares –no el único, porque la responsabilidad debe ser conjunta- para garantizar que los jóvenes aprenden a usar su lengua con corrección, respeto y aprecio. Una vez más, como en tantas ocasiones, la esperanza de mejora reside en la educación.
Saludos a todos
Eva
Cada vez hay más gente que tiene acceso a los medios . Cada vez estamos más dependientes de las fuentes de comunicación. En este caso interactividad es algo muy fundamental: expresamos nuestros puntos de vista, nuestras ideas y opinamos. Y claro, de allí viene otro problema, que el nivel de uso de la lengua es mucho más bajo de lo normal. Es decir, usamos un lenguaje diferente: cambiamos la ortografía de las palabras para que sea más rápido escribirlas, “cortamos” las palabras de la manera inusual, nos expresamos con muchas palabras informales. Por un lado (en mi opinión), eso no está tan mal, porque eso es desarrollo de la lengua. La lengua cambia con el desarrollo del mundo y eso es totalmente lógico y obvio. Hace muchos siglos español era una lengua muy diferente de la que hablamos hoy. Será que ahora, con nuevas tecnologías, la lengua castellana intenta “adaptarse” a otro estilo de vida.
Por otro lado, claro, este “desarrollo” de la lengua va por mal camino, porque la simplificamos mucho, quizá demasiado. Es decir, no preocupamos por la ortografía, no hay ni reglas ni límites en cuanto a escribir bien. Sin darnos cuenta empezamos usar este lenguaje en nuestra vida diaria, y eso no puede ser, porque de esa manera sí que hay un descenso en el nivel de uso de la lengua. La persona acostumbra a escribir mal y empieza a hablar mal.
En cuanto al papel del profesor, yo creo que ha cambiado mucho. El nivel de exigencias hacia el alumnado no tiene nada que ver con el nivel que había antes. Ahora mismo, el profesor parece ser más un guía, que alguien que te da conocimientos y te explica algo nuevo. Hay muchas fuentes de información por todos lados, un niño fácilmente puede obtener sus conocimientos de la tele, internet, etc. Un profesor ya no se considera un fuente de los conocimientos y tampoco tiene tanto respeto como antes.
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