Escoge uno de los apuntes entregados (Dossier, números 3 y 4) y aloja aquí las ideas clave (anota de 5 a 10 enunciados básicos). ¿Qué aspectos crees que no están debidamente recogidos?
19 comentarios:
Betania González
dijo...
En el texto "Palabras para una reflexión" podemos encontrar diferentes ideas clave. Así, una de las primeras que podemos encontrar es la siguiente: con el hablar, el niño aprende a razonar. Se muestra así la importancia que posee la lengua oral en el desarrollo cognitivo del ser humano. La siguiente idea que se señala es la aclaración de que en el ámbito de la oralidad participan diferentes clases de lenguaje como son el lenguaje verbal, el no verbal y el paraverbal, el cual incluye todos los elementos suprasegmentales.
Se habla, también, de la importancia en la sociedad actual de la capacidad comunicativa, la cual será un aspecto fundamental para aumentar las posibilidades de trabajo, estudio, relaciones sociales... Por todo ello se considera necesaria la enseñanza de la oralidad en las aulas a través de una metodología dinámica en la que el alumno aprenda a medida que se divierte, simulando situaciones comunicativas reales, pues son en este tipo de comunicaciones donde se aprende la oralidad.
Cuando se abordan los principios teóricos de la expresión oral vemos como se establece en primer término la diferencia entre la lengua oral y la escrita. Asimismo, se comentan las diferentes características de la lengua oral. Una de las ideas más relevantes que se señalan es que: “una característica importante del intercambio comunicativo es la voluntad de los hablantes de cooperar en la interpretación de las intenciones”, es decir que el emisor del acto comunicativo debe intentar que su mensaje sea recibido con éxito, que el receptor capte su intención de forma correcta.
Se apunta, también, como elemento importante dentro de la expresión oral el desarrollo de la capacidad de escuchar para comprender lo que los demás dicen, pues un acto comunicativo exitoso no depende solo de una correcta expresión, sino también de una correcta comprensión, se trata de un trabajo bidireccional. Así, se extrae directamente la siguiente cita: “ Una sociedad que aspira a la tolerancia y a la convivencia pacífica y armoniosa, tendrá como uno de sus propósitos esenciales desarrollar la capacidad de escucha de sus habitantes”.
Por último, como vimos ya anteriormente, se destaca la necesidad de promover en el ámbito educativo la enseñanza de la expresión oral y se añade que no solo se debe centrar en la expresión que conlleva una preparación rigurosa, sino también en la espontánea.
En este texto faltaría quizás una guía más práctica que ayude al docente a la hora de llevar a cabo el proceso de enseñanza- aprendizaje de la oralidad en el aula, puesto que este documento, si bien recoge con claridad y concreción todos los elementos teóricos de la oralidad, es bastante pobre en cuanto a las orientaciones prácticas para el docente, a pesar de que se señala como fundamental la enseñanza de la oralidad en todas sus variantes.
La destreza oral se enseña y se entrena y, sobre esa idea, gira el artículo “Enseñar a hablar y a escuchar”. Algunos teóricos elevan la oratoria a la categoría de arte… quizá ese no sea el propósito del aprendizaje comunicativo en las escuelas pero, qué duda cabe de que la lengua oral es de vital importancia para el desarrollo integral de una persona. Los docentes que abrazan las dinámicas de grupo brindan la posibilidad de conocer un género imprescindible para el aprendizaje escolar, esto es: las exposiciones, discusiones grupales, etcétera. Pero hay más: los géneros que abordan el uso formal de las producciones orales; nos referimos al debate, la negociación o incluso la lectura en público. Cabe preguntarnos: ¿están suficientemente integradas en el currículum las anteriores situaciones de aprendizaje? ¿Consideramos que constituyen un aprendizaje esencial para la vida académica, profesional y social del alumnado? Si en pleno siglo XXI el desconocimiento de las Tecnologías de la Información y Comunicación implica un analfabetismo digital, la incapacidad para comunicarnos oralmente conlleva la obstaculización al autoempleo y desarrollo personal del alumnado.
Interesante aportación la de Vilà quien, dispuesto a ceder protagonismo a la comunicación oral, sostiene que tan importante es facilitar la situación comunicativa como planificarla. En este sentido el experto propone que el docente oriente al alumnado para que éste controle la naturaleza de la situación comunicativa (desde el destinatario al que se dirige como las características del género que aborde, una entrevista, por ejemplo) En el marco comunicativo según Vilà cabe el juego de roles; así, el alumnado asumirá el papel de emisor y receptor. De este modo sentamos las bases para saber “qué tienen que hacer, decir y aprender los alumnos que actúan como emisores y qué tienen que hacer, escuchar y aprender los alumnos que actúan como receptores”. Bajo esta premisa la exposición tendrá un valor significativo para el alumnado pues, aun siendo receptores, tendrán un papel activo –de cuestionamiento y reflexión- del acto comunicativo.
¿Pensaría Vilà en el fundamento psicológico para garantizar el éxito de sus postulados? El desarrollo cognitivo y psicológico del alumnado son los pilares sobre los que se sustenta también su aprendizaje. Aun cuando la situación de aprendizaje favorece la comunicación y las relaciones interpersonales puede que un porcentaje del alumnado quede silenciado por timidez, inseguridad, miedo o pánico escénico. Por eso consideramos prioritario el conocimiento previo del alumnado y una continuada labor tutorial para generar y perpetuar un clima de confianza… al fin y al cabo, detrás de un excelente comunicador se esconde una persona segura, con una elevada autoestima. Si el docente abona ese terreno puede que los resultados de la competencia oral también sean más elevados y fructíferos.
Estupendas estas aportaciones, Betania y Carla. En efecto, Betania, falta el "cómo se hace" en el apunte. De ello hablaremos en el aula tras un "torbellino de ideas" para intercambiar impresiones, fortalezas y debilidades de algunas dinámicas. Respecto al segundo apunte, Carla, fantástica esa idea final que señalas: favorecer primero la empatía en el aula y la buena cohesión del grupo. Saludos cordiales, Juany
En el texto "Enseñar a hablar y a escuchar" hay varias ideas clave, la primer de ellas es el hecho de que en la enseñanza secundaria obligatoria no se enseñan los usos formales o públicos de la lengua aunque son imprescindibles tanto en la vida académica como en la profesional y en la social.
Dicho esto, otra de las ideas clave es que Schneuwly y otros y Dolz llaman géneros orales públicos a las formas orales convencionales utilizadas en situaciones de comunicación pública, como una entrevista.
La tercera de las ideas clave es que, al respecto de lo mencionado anteriormente, el papel de la escuela es hacer que los alumnos se familiaricen con estas formas sociales convencionales, por lo que tomar estos géneros como objeto de enseñanza significa enseñarle a los alumnos a controlar aspectos como la audiencia o el propósito del discurso oral.
Además de definir los géneros orales, Schneuwly y otros hacen una distinción entre los géneros que sirven para el aprendizaje escolar y los que pertenecen a la vida pública, por lo que se elaboran diferentes modelos didácticos del género para conocer las características que se puedan utilizar para la enseñanza.
A razón de estas clasificaciones, Vilà propone tomar como eje del aprendizaje la planificación del discurso y, además, propone una metodología de las "secuencias didácticas" para llevarlo a cabo. En esas secuencias didácticas distingue dos tipos de actividades: una tarea discursiva que hay que preparar y unos objetivos de aprendizaje que hay que conseguir a lo largo de la planificación de la tarea final. Para que esto sea efectivo Vilà aconseja que se escojan pocos objetivos para que se puedan evaluar.
Para ejemplificar todo esto Vilà propone una tarea final de juego de roles en la que se establece qué tienen que hacer, decir y aprender los alumnos que actúan como emisores y qué tiene que hacer, escuchar y aprender aquellos que actúan como receptores, para que no solo tengan un papel activo los emisores.
Pero, ¿cómo se motiva y se enseña a los alumnos para que tengan la suficiente confianza en sí mismos y no intenten evitar este tipo de actividades? Eso no se refleja en este escrito. Al igual que tampoco se describe la importancia de enseñarle a los alumnos como hablar, que palabras se utilizan, qué gestos y posturas son adecuados y cuales no en los diferentes tipos de discurso.
He elegido el texto "Enseñar a hablar y a escuchar" del que he sacado algunas ideas que podemos destacar. En el texto se comienza explicando que en el ámbito educativo, cuando son más pequeños sí que se utiliza la oralidad, ya que, con alumnos de la etapa escolar infantil se cantan canciones en clase, se leen cuentos,se hacen juegos de lenguaje, etc. Este uso de la oralidad se va distorsionando a medida que van aumentando de curso, al ser máss grandes,no se cantan tantas canciones ni se leen tantos cuentos, pero se hacen algunas exposiciones orales, debates,etc. En esta etapa de secundaria la oralidad ya no se tiene tan en cuenta, y mucho menos con una vista del uso de la oralidad en el futuro, como la utilidad que tiene en una entrevista de trabajo. Por lo tanto, no hacen que los jóvenes pasen del uso cotidiano y espontáneo de la oralidad al uso público y elaborado, sino que se quedan estancados. Por este motivo nos proponen una solución, el uso de los géneros textuales como puente para los usos orales formales. Los género que se podrían utilizar para realizar esta práctica de la oralidad son las exposiciones, las entrevistas, las lecturas en público, el testimonio ante una instancia oficial,etc. Hay que tener en cuenta que se deben elegir los textos para seleccionar aquellos rasgos modelos que convenga utilizar con fines educativos. Autores como Vilà afirman que se debe tomar la planificación del discurso como eje del aprendizaje, teniendo en cuenta que para llegar al discurso oral formal hay una planificación con antelación y que en esa planificación intervienen dos tipos de actividades, una es la tarea discursiva que hay que preparar, y la otra, son los objetivos de aprendizaje que se deben alcanzar. Por último, hay que tener en cuenta que las actividades que se seleccionen para fortalecer la oralidad tienen que tener elementos que sean funcionales en el discurso, y sobre todo, tienen que tener objetivos y pautas claras para que esas actividades sean evaluadas correctamente.
El texto creo que deja claro que podemos trabajar la oralidad a través de los géneros textuales, pero creo que le falta profundizar algo más en los elementos de la oralidad que son fundamentales para el aprendizaje, es decir, te alude continuamente que puedes elegir géneros textuales que sean relevantes para la oralidad y que tienes que escoger aquellos elementos que sean modelos, pero en ningún momento te pone algún ejemplo de esos "elementos modelos".
Partiendo del texto “palabras para una reflexión” podemos encontrarnos con múltiples ideas que comentaré a continuación. En primer lugar destacar las palabras de Wittgenstein cuando hace referencia al “juego del lenguaje” como una forma de vida, es decir, que el lenguaje constituye una parte esencial del ser humano y de la sociedad en su conjunto, es el lenguaje el que nos transforma en seres civilizados.
A continuación se señalan los diferentes tipos de lenguaje (verbal, no verbal y paraverbal) para reivindicar la enseñanza de la comunicación oral como eje fundamental del desarrollo futuro de las personas. Si una persona no es capaz de comunicarse oralmente de manera correcta, probablemente tendrá mayores dificultades para enfrentarse al mundo actual, que una persona que ha desarrollado las capacidades orales como parte fundamental de su educación. Y digo “educación” para referirme sobre todo a la escuela, puesto que considero que, aún hoy, muchos centros escolares consideran como secundario el acto comunicativo oral frente a la escritura, podríamos decir que se trata de una asignatura pendiente de la escolarización de hoy en día.
Por lo tanto, la creación de situaciones comunicativas reales es una imperiosa necesidad para la educación escolar, y más teniendo en cuenta que el papel de la escuela ya no es exclusivamente dotar de contenidos al alumno, sino formar y educar a los jóvenes para lo que se encontrarán después, es decir, crear personas capaces de expresarse y de valorar y enjuiciar, personas competentes que sepan defenderse en la “jungla de asfalto”.
El primer paso para fomentar la comunicación oral, pasa por dotarla de importancia semejante a la lengua escrita, y para ello, nada mejor que señalar los diferentes aspectos que la conforman y que aparecen recogidos en el dossier (enfoque pragmático, principios reguladores de la conversación, diferencias entre oralidad y escritura,…).
En este punto, llegamos al aspecto que considero más importante: la valoración de la comprensión de los textos orales. De nada sirve poseer una buena comunicación oral sino se es capaz de comprender lo que se dice. La capacidad de comprender lo que se escucha es quizás el núcleo esencial y el punto de partida para el desarrollo de la comunicación oral, porque la mejor manera de aprender a manejar los mecanismos orales es aprenderlos de forma práctica, ¿a quién no le han dicho nunca eso de “escucha para que aprendas”?
En general el dossier sirve como una correcta guía de la comunicación oral, pero sin ahondar demasiado en ella. Quizás el aspecto que considero que no aparece en el dossier es una explicación más detallada de las estrategias para dinamizar la expresión oral. Me parece demasiado escueto y creo que un simple listado de aspectos a tener en cuenta en la elaboración de una exposición rigurosa no basta para explicar lo que la comunicación oral tanto espontánea como preparada implican.
De una manera amena –aunque un tanto teórica- Vilà saca a colación un aspecto que desgraciadamente se ha sistematizado en la mayoría de centros de Educación Secundaria: una vez pasada la etapa infantil y primaria–donde el ámbito de la oralidad es un herramienta indispensable para el aprendizaje- este mismo terreno raramente es explotado, si bien tienen total preeminencia sobre él las lingüísticas escritas y demás áreas lejanas a la oralidad. De entre los diferentes puntos que abarca el autor, cabe destacar cinco ítems que a mi juicio son los más significativos de la propuesta que contempla a propósito del rescate de lo oral: En cuanto a los géneros orales públicos como objeto de enseñanza y aprendizaje, con el objeto de retrotraer a la enseñanza algunos aspectos de la rama lingüística oral, Vilà propone como óptimas herramientas el uso de la entrevista profesional, el debate, la conferencia, instrucciones dadas en público, reportajes radiofónicos y elementos de igual índole. Asimismo, continuando en esta línea, plantea la necesidad de tomar los géneros como objeto de enseñanza, resaltando la importancia de formar a los alumnos en el control de las diferentes ramas del acto oral, como la planificación de los contenidos teniendo en cuenta los parámetros contextuales, la forma característica de organización de lo que se va a decir y los medios lingüísticos que se han de emplear. Para este cometido, Vilà considera las entrevistas, exposiciones o debates como los principales géneros susceptibles de un análisis activo por parte de los alumnos. Otra cuestión que cree conveniente fomentar son las “Secuencias didácticas” para planificar el discurso oral, que el autor concibe como indispensable para el buen uso y “conocimiento de los procedimientos de personalización y de impersonalización”, inscribir otras voces en el propio discurso, saber reconocer, así como utilizar los recursos lingüísticos que permiten matizar el alcance y la fuerza de las afirmaciones. Por último, Vilà hace hincapié en la importancia de la Planificación del discurso y la actividad metalingüística, además de la Evaluación de los usos orales, sin bien estos son elementos indispensables en la lingüística oral. Grosso modo el artículo de Vilà resalta la importancia que actualmente debe tener el ámbito oral en el área de la lingüística, y hace acopio de diferentes estrategias y puntos a tocar y llevar a cabo como métodos para la enseñanza de la lengua y su contexto oral. Sin embargo, y como comenté al principio de la reflexión, del mismo modo que el artículo está redactado de una manera factible y sugerente, quizás se centre en exceso en la reflexión teórica más que en una futura aplicación práctica, que sería el requisito ideal para este tipo de ideas que supondrían un gran avance para el ámbito lingüístico.
En el texto “Palabras para una reflexión” se ponen de manifiesto algunas ideas fundamentales a la hora de hablar sobre la comunicación oral. La autora manifiesta de qué manera sirve el lenguaje a la hora de educarse en sociedad, ya que es precisamente la lengua que hablamos la que nos “iguala” al resto de ciudadanos de la sociedad en la que vivimos. El código que nos permite comunicarnos con el resto de personas que tenemos a nuestro alrededor es el que nos dota de cierta uniformidad, y, por ende, el que nos “educa” para encajar a la perfección en esa comunidad en la que vivimos. Además, también hace mención al hecho de que la lengua que aprendemos es la que nos permite estructurar la mente, categorizando todo aquello que nos rodea (sentimientos, cosas, pensamientos, etc.). “[…] aprende a ordenar y clasificar los hechos, a jerarquizarlos, a ser consciente de determinados fenómenos o sensaciones (el miedo, el dolor, etc.) a bromear, a mentir, a escuchar.”. Camps especifica, sin embargo, que, a pesar de que la lengua nos ayude a categorizar las ideas y los conceptos que nos rodean y que entendemos a través de la expresión oral, no todos desarrollamos las mismas actitudes y formas de pensar cuando aprendemos a hablar y a comunicarnos con las personas que nos rodean: “Junto al vocabulario y a la sintaxis, el niño se habitúa a unas actitudes y formas de pensar”. Más adelante, prácticamente al final del texto, la autora trata de explicar, quizás sin ahondar lo suficiente en esta cuestión, cómo se adquiere la lengua, haciendo alusión a la idea de “juego del lenguaje”: “El término “juego del lenguaje” trata de poner de relieve el hecho de que hablar un lenguaje es parte de una actividad o forma de vida[…]”. Los niños, a partir del primer año de vida aproximadamente, empiezan a desarrollar el lenguaje sin quererlo, es decir, por inmersión lingüística y por pura imitación (al principio) de sus padres.
Mi aportación es referente al texto ‘Enseñar a hablar y a escuchar’
Básicamente el texto expone que desde los primeros años del niño y su contacto con la escuela y el ámbito educativo, este tiene contacto activo con las ‘practicas orales’ ya que de esta forma el niño explora y conoce el mundo y el significado de la comunicación. Lo realmente interesante del texto es que te pone de manifiesto que en los primeros años de la educación de un niño es importante la lengua oral pero luego, con el paso de los cursos éste elemento pierde valor dentro de las aulas. Bien como se explica en el primer párrafo […] ‘capacidad para establecer relaciones sociales mediante el lenguaje’ Si se observa que el estudio oral dentro de las aulas es tan efectivo… ¿Por qué se desecha esta práctica cuando el niño alcanza una competencia de comunicación dentro del aula?; ¿Por qué se da tanta importancia al lenguaje oral en épocas tempranas del aprendizaje y se discrimina a medida que el alumno crece? Estas preguntas sirven para reflexionar e indagar sobre nuestro sistema escolar.
La enseñanza del lenguaje oral de forma continuada es importante para que el alumno alcance una confianza en sí mismo y una destreza. Para ello, el alumno tienen que conocer ciertas pautas que se rigen cuando nos enfrentamos al discurso oral, ya que, al igual que el discurso escrito se rige por una serie de normas, el lenguaje oral también se compone de estas y es importante que el alumno las conozca y sepa manejarlas en cualquier ocasión que tenga tanto, dentro del centro como fuera del aula. Para ello, se está tomando la iniciativa de fomentar estas prácticas dentro del centro donde el alumno se encuentre involucrado con este género. El profesor es una herramienta importante en esta práctica ya que tiene que guiar al alumno en este proceso. Para ello debe establecer ciertas actividades donde el alumno se pueda desenvolver y no quede cohibido frente a esto. Para ello se establecen ciertas actividades como: entrevistas, discusiones e grupo, exposiciones orales… Todas estas prácticas donde el alumno se sepa desenvolver y sea autónomo y competente. Es muy interesante la actividad que propone Vilá como tarea final. Es interesante muchos aspecto puesto que en esta tarea se trabajan con una serie de objetivos fundamentales (aunque el profesor los puede adaptar según convenga) Lo que se pretende conseguir con esta tarea es alcanzar unos objetivos didácticos a la vez que se compenetran con una serie de competencias que el alumno tiene que alcanzar.
Una reflexión que me ha aportado este texto es la gran cantidad de actividades y material del que disponemos para practicar en las aulas y muchos profesores no sacan partido de esto. El problema de querer ajustarse tanto a la norma y desechar las necesidades del alumno está repercutiendo gravemente en la sociedad. Por esto, es importante que nuestros alumnos alcancen un conocimiento que les sea útil para el futuro.
Es cierto que en la Educación Infantil y Primaria se busca que los niños interactúen con sus compañeros y sean capaces de expresar ideas más o menos concisas. Con este fin se realizan también actividades en las aulas de Educación Secundaria, pero en múltiples ocasiones estas situaciones de aprendizaje no son tan idóneas como el profesorado cree y se suelen buscar situaciones, quizás, un poco forzadas en las que los alumnos raras veces se encontraran. Una idea principal de este texto es que el objetivo de la escuela, en lo que a lenguaje oral se refiere, es dar a conocer los usos espontáneos y los usos orales planificados y reglados; pero no solo en el papel de hablantes, sino también en el papel de oyentes.
NO SE QUE OCURRIÓ CON EL COMENTARIO ANTERIOR QUE NO APARECIÓ COMPLETO
En el artículo "Enseñar a hablar y a escuchar" se deja claro desde el comienzo, el propio título, la importancia de conseguir que el alumnado sea capaz de desenvolverse de forma adecuada en los diferentes contextos en los que se les presentes prácticas orales, pero me gustaría recalcar que no solo eso es importante; sino que el enseñar a los alumnos a escuchar también es muy importante; ya que escuchado se pueden aprender muchas cosas, casi tantas como practicando aunque está claro que la práctica es necesaria.
Es cierto que en la Educación Infantil y Primaria se busca que los niños interactúen con sus compañeros y sean capaces de expresar ideas más o menos concisas. Con este fin se realizan también actividades en las aulas de Educación Secundaria, pero en múltiples ocasiones estas situaciones de aprendizaje no son tan idóneas como el profesorado cree y se suelen buscar situaciones, quizás, un poco forzadas en las que los alumnos raras veces se encontraran. Una idea principal de este texto es que el objetivo de la escuela, en lo que a lenguaje oral se refiere, es dar a conocer los usos espontáneos y los usos orales planificados y reglados; pero no solo en el papel de hablantes, sino también en el papel de oyentes. Además se señala que tradicionalmente, en lo que ha enseñanza oral se refiere, se pedían exposiciones orales in explicar pauta alguna, pero en mi opinión esto no es algo que haya quedado atrás ni mucho menos, ya que estoy segura que muchos de nosotros lo hemos sufrido. ¿Cómo se puede evaluar algo que no ha sido explicado previamente en el aula? La evaluación, de por sí, crea una reacción generalmente negativa en los alumnos, pero si a ello le sumamos que la evaluación se va a realizar a partir de una exposición oral y que en clase no se ha invertido el tiempo necesario para la organización inicial de la misma y para explicar la manera más adecuada de realizarla nos puede llevar a una desmotivación total por parte del alumnado o incluso a un sentimiento de rechazo y fracaso ante la actividad propuesta.
Otra idea que me parece importante es la afirmación que realiza el autor del artículo cuando dice que no solo se debe evaluar el producto final (exposición oral); sino también las fases del proceso de planificación de la misma. Este punto me parece muy importante porque es cierto que los alumnos deben aprender a expresarse de forma correcta, pero para ello deben saber organizar sus ideas con anterioridad y utilizar las palabras adecuadas para ello.
Estupendas observaciones y reflexiones. Muy necesario ese proyecto de "continuidad" (¡¡bien que insiste el currículo!!), la creación de situaciones si no "reales", al menos "verosímiles" de aprendizaje oral y la necesaria planificación previa...(al menos en contextos académicos). Saludos cordiales, Juany
He basado mi reflexión en el texto "Enseñar a hablar y a escuchar". ¿Da la escuela la importancia que merece a la oralidad? Tras lo leído en el texto cabe destacar que la docencia de la moralidad como un contenido más va desapareciendo en medida que el alumno asciende por su recorrido educativo, cuando, de hecho, debería de ser tratado como un aspecto básico del proceso enseñanza-aprendizaje, ya que, todo este proceso está basado en la moralidad y la transmisión de información (del profesor al alumno y del alumno al profesor).
Situaciones de comunicación pública deben ser puestas en práctica en el aula para que el alumno se familiarice con actos de la vida cotidiana, por ello la escuela debe instruir a los alumnos para que sepan desarrollar sus capacidades comunicativas en dichas circunstancias. Con diferentes técnicas como todas las mencionadas en clase y siendo el profesor guía del proceso educativo, el alumno asimilará cómo estructurar la información que previamente usará en situaciones comunicativas eficaces. Mi duda surge en referencia a la evaluación de estas dinámicas. No me queda claro qué tipo de rúbricas existen a la hora de evaluar la moralidad de nuestros alumnos y cuál es el barómetro que los docentes debemos de fijar.
Entre las ideas más relevantes del texto “Enseñar a hablar y a escuchar” destacan:
-En la educación obligatoria no suele enseñarse los usos formales de la lengua oral, mientras que se da mayor importancia a la escrita.
-El objetivo de la enseñanza en relación a los géneros orales debe ser facilitar a los alumnos herramientas para llegar desde el lenguaje oral más cotidiano al lenguaje oral más formal o público.
- Algunos de estos géneros orales públicos que deberían practicarse desde las escuelas son: entrevista profesional, debate, conferencia, instrucciones dadas en público...
- Para aprender a hablar en público es necesario: preparar previamente un texto oral y marcar unos objetivos de aprendizaje a conseguir, que según Villá deben ser pocos para poder evaluarse.
- Resulta muy importante que el alumnado sea consiente del contexto de esa situación comunicativa.
En definitiva, la lectura de este texto invita a la reflexión de qué actividades podemos realizar en el aula con la finalidad de mejorar la comunicación oral en el alumnado, ya que supone una una destreza fundamental para el desarrollo personal y la vida en sociedad. De hecho, se propone un ejemplo de secuencia didáctica a fin de ser conscientes de que se trata de una destreza que se puede trabajar con relación a los objetivos del curriculum y además que puede ser evaluada.
Mi aportación hace referencia al texto Palabras para una reflexión.
Las ideas principales que yo destaco son las siguientes:
``Con el habla,el niño aprende a razonar,a confiar en los demás(a creer en sus palabras), a distinguir la dimensión personal de la social, a comunicar experiencias o sensaciones; aprende a ordenar y clasificar los hechos, a jerarquizarlos, a ser consciente de determinados fenómenos o sensaciones ( el miedo,el dolor,etc) a bromear,a mentir,a escuchar´´
-Existen diferentes clases de lenguaje dentro de la oralidad: *el lenguaje verbal *el lenguaje no verbal *el lenguaje paraverbal
-Es neceario reivindicar la enseñanza de la comunicación oral, tanto en situaciones formales como informales.
-La mejor manera de desarrollar estas habilidades es participando en situaciones comunicativas reales.
-Los principios teóricos sobre la expresión oral frente a la expresión escrita.
-La voluntad que debe haber por parte de los hablantes de cooèrar en la interpretación de las intenciones (recordemos el caso de Moriana).
-Las máximas o principios reguladores de la conversación de Grice.
-La implicación de desarrollar nuestra capacidad de escuchar para comprender lo que nos dicen los demás.
Y por último la actividad de comprender textos orales para el fortalecimiento de su desarrollo.
A modo informativo el texto termina con una serie de estrategias para una exposición preparada, quizá hubiera sido necesario una ejemplificación de la otra cara de la oralidad,la de la vertiente espontánea.
Tras realizar una lectura detenida del texto "Enseñar a hablar y escuchar" pueden extraerse numerosas ideas clave. Pero destacaremos el hecho de que las prácticas orales suelen tener una presencia considerable tanto en educación infantil como en los primeros años de la educación secundaria, pero no podemos decir lo mismo de aquellos cursos más avanzados. Es importante asentar las bases de nuestra comunicación oral, pero también lo es formar de manera constante, ya que sólo con la práctica se puede llegar a dominar una disciplina. El objetivo de la escuela es ayudar al alumno a desenvolverse adecuadamente entre los usos orales cotidianos y espontáneos a otros usos públicos y formales. Es por ello necesario estudiar los distintos géneros orales en clase, para comprender cómo se crean y cómo funcionan y sólo así podremos dominarlos, como bien afirma Vilá. Este propugna tomar la planificación del discurso como eje de su aprendizaje, por lo que recurre a las secuencias didácticas. Las secuencias diácticas deben contar con pocos objetivos y una serie de actividades que establezcan qué deben hacer, decir y aprender los laumnos. A través de la realización de los ejercicios los alumnos aprenden a escribir, a reflexionar y a expresarse adecuadamente, por lo que la evaluación tendrá un carácter formativo. Un saludo.
En el texto “Enseñar a hablar y a escuchar” nos hace un recorrido primero, por la escasa presencia que tiene la práctica de la comunicación oral en el ámbito educativo y segundo, cómo podemos remediar eso, ya que es una destreza que tiene que tener una presencia muy importante en la escuela. La primera idea clave que me llama la atención sobre este texto es que parecer ser que no se tiene tanto en cuenta debido a que es muy difícil calificarla y determinar los objetivos que tengan que ver con ella. Estos usos orales que vemos en el texto son usos orales cotidianos y espontáneos pero que requieren una planificación adecuada para que pueda llevarse a cabo. Schneuwly y Dolz los llaman géneros orales públicos que son por ejemplo las entrevistas profesionales, debates, conferencias, etc. Lo que intenta hacer la escuela o aquellos que lo intenten es que los alumnos se familiaricen con estos géneros que les serán muy útiles en su vida social. Por ello más adelante en este texto se pone un ejemplo bastante acertado de lo que puede ser una clase sobre esta destreza. En este tipo de planificación tenemos que centrarnos en dos actividades principales que serán la tarea discursiva que hay que aprender y unos objetivos de aprendizaje que tenemos que llevar a cabo. Estos objetivos son recomendables que sean unos pocos para que sea más fácil la evaluación. A modo de conclusión creo que es muy importante que esta destreza sea implantada en su totalidad en el aula y que los alumnos puedan defenderse ante una presentación el público o ante una conferencia, ya que no solo en el ámbito académico le será de utilidad sino que también le será de utilidad en su ámbito social.
He escogido el apunte número tres: Palabras para una reflexión: lenguajes integrados en la oralidad. Pasaré a comentar algunas ideas importantes que se citan en el texto.
1. Aprender a hablar es crecer como ser humano. En la medida en la que la lengua nos posibilita razonar, nos hace mejores personas. La lengua no solo nos da las herramientas técnicas, léxicas o gramaticales sino que también nos ayuda a afrontar nuestras vidas desde una perspectiva psicológica, práctica y sociocultural.
2. La lengua oral no sólo es lo que escuchamos. Dentro de la oralidad hay otros elementos que olvidamos en muchas ocasiones. Me refiero aquí al lenguaje no verbal (gestos o movimientos) y al lenguaje paraverbal (tono, timbre o entonación).
3. La mejor -y única añado yo- forma de desarrollar la oralidad es en situaciones de aprendizaje en las que la oralidad sea la protagonista. Uno solo aprende a conducir conduciendo o a jugar jugando. Como es natural, en las horas lectivas de nuestros alumnos se debe abandonar en la medida de lo posible los conocimientos conceptuales y fácticos para pasar a utilizar actividades dinamizadoras que motiven a los alumnos.
4. Enseñando a hablar mejor estamos enseñando valores. Debemos hacer hincapié en que la expresión oral implica saber escuchar. La tolerancia y la convivencia han de ser valores capitales en nuestro trabajo.
5. Trabajar la expresión oral en clase ha de ser una tarea pensada y elaborada. No hay hueco para la improvisación constante. El rigor del profesor pasa por darle la misma importancia a la expresión oral que a la expresión escrita. Así pues, la oralidad trabajada en los centros educativos ha de ser escrupulosamente preparada.
Para finalizar mi comentario diré que como aspectos que hecho de menos en el documento como futuro profe, son más estrategias y métodos prácticos para poner toda esta teoría en el aula y con los chicos.
19 comentarios:
En el texto "Palabras para una reflexión" podemos encontrar diferentes ideas clave. Así, una de las primeras que podemos encontrar es la siguiente: con el hablar, el niño aprende a razonar. Se muestra así la importancia que posee la lengua oral en el desarrollo cognitivo del ser humano. La siguiente idea que se señala es la aclaración de que en el ámbito de la oralidad participan diferentes clases de lenguaje como son el lenguaje verbal, el no verbal y el paraverbal, el cual incluye todos los elementos suprasegmentales.
Se habla, también, de la importancia en la sociedad actual de la capacidad comunicativa, la cual será un aspecto fundamental para aumentar las posibilidades de trabajo, estudio, relaciones sociales... Por todo ello se considera necesaria la enseñanza de la oralidad en las aulas a través de una metodología dinámica en la que el alumno aprenda a medida que se divierte, simulando situaciones comunicativas reales, pues son en este tipo de comunicaciones donde se aprende la oralidad.
Cuando se abordan los principios teóricos de la expresión oral vemos como se establece en primer término la diferencia entre la lengua oral y la escrita. Asimismo, se comentan las diferentes características de la lengua oral. Una de las ideas más relevantes que se señalan es que: “una característica importante del intercambio comunicativo es la voluntad de los hablantes de cooperar en la interpretación de las intenciones”, es decir que el emisor del acto comunicativo debe intentar que su mensaje sea recibido con éxito, que el receptor capte su intención de forma correcta.
Se apunta, también, como elemento importante dentro de la expresión oral el desarrollo de la capacidad de escuchar para comprender lo que los demás dicen, pues un acto comunicativo exitoso no depende solo de una correcta expresión, sino también de una correcta comprensión, se trata de un trabajo bidireccional. Así, se extrae directamente la siguiente cita: “ Una sociedad que aspira a la tolerancia y a la convivencia pacífica y armoniosa, tendrá como uno de sus propósitos esenciales desarrollar la capacidad de escucha de sus habitantes”.
Por último, como vimos ya anteriormente, se destaca la necesidad de promover en el ámbito educativo la enseñanza de la expresión oral y se añade que no solo se debe centrar en la expresión que conlleva una preparación rigurosa, sino también en la espontánea.
En este texto faltaría quizás una guía más práctica que ayude al docente a la hora de llevar a cabo el proceso de enseñanza- aprendizaje de la oralidad en el aula, puesto que este documento, si bien recoge con claridad y concreción todos los elementos teóricos de la oralidad, es bastante pobre en cuanto a las orientaciones prácticas para el docente, a pesar de que se señala como fundamental la enseñanza de la oralidad en todas sus variantes.
La destreza oral se enseña y se entrena y, sobre esa idea, gira el artículo “Enseñar a hablar y a escuchar”. Algunos teóricos elevan la oratoria a la categoría de arte… quizá ese no sea el propósito del aprendizaje comunicativo en las escuelas pero, qué duda cabe de que la lengua oral es de vital importancia para el desarrollo integral de una persona. Los docentes que abrazan las dinámicas de grupo brindan la posibilidad de conocer un género imprescindible para el aprendizaje escolar, esto es: las exposiciones, discusiones grupales, etcétera. Pero hay más: los géneros que abordan el uso formal de las producciones orales; nos referimos al debate, la negociación o incluso la lectura en público. Cabe preguntarnos: ¿están suficientemente integradas en el currículum las anteriores situaciones de aprendizaje? ¿Consideramos que constituyen un aprendizaje esencial para la vida académica, profesional y social del alumnado? Si en pleno siglo XXI el desconocimiento de las Tecnologías de la Información y Comunicación implica un analfabetismo digital, la incapacidad para comunicarnos oralmente conlleva la obstaculización al autoempleo y desarrollo personal del alumnado.
Interesante aportación la de Vilà quien, dispuesto a ceder protagonismo a la comunicación oral, sostiene que tan importante es facilitar la situación comunicativa como planificarla. En este sentido el experto propone que el docente oriente al alumnado para que éste controle la naturaleza de la situación comunicativa (desde el destinatario al que se dirige como las características del género que aborde, una entrevista, por ejemplo)
En el marco comunicativo según Vilà cabe el juego de roles; así, el alumnado asumirá el papel de emisor y receptor. De este modo sentamos las bases para saber “qué tienen que hacer, decir y aprender los alumnos que actúan como emisores y qué tienen que hacer, escuchar y aprender los alumnos que actúan como receptores”. Bajo esta premisa la exposición tendrá un valor significativo para el alumnado pues, aun siendo receptores, tendrán un papel activo –de cuestionamiento y reflexión- del acto comunicativo.
¿Pensaría Vilà en el fundamento psicológico para garantizar el éxito de sus postulados? El desarrollo cognitivo y psicológico del alumnado son los pilares sobre los que se sustenta también su aprendizaje. Aun cuando la situación de aprendizaje favorece la comunicación y las relaciones interpersonales puede que un porcentaje del alumnado quede silenciado por timidez, inseguridad, miedo o pánico escénico. Por eso consideramos prioritario el conocimiento previo del alumnado y una continuada labor tutorial para generar y perpetuar un clima de confianza… al fin y al cabo, detrás de un excelente comunicador se esconde una persona segura, con una elevada autoestima. Si el docente abona ese terreno puede que los resultados de la competencia oral también sean más elevados y fructíferos.
Estupendas estas aportaciones, Betania y Carla. En efecto, Betania, falta el "cómo se hace" en el apunte. De ello hablaremos en el aula tras un "torbellino de ideas" para intercambiar impresiones, fortalezas y debilidades de algunas dinámicas. Respecto al segundo apunte, Carla, fantástica esa idea final que señalas: favorecer primero la empatía en el aula y la buena cohesión del grupo.
Saludos cordiales, Juany
En el texto "Enseñar a hablar y a escuchar" hay varias ideas clave, la primer de ellas es el hecho de que en la enseñanza secundaria obligatoria no se enseñan los usos formales o públicos de la lengua aunque son imprescindibles tanto en la vida académica como en la profesional y en la social.
Dicho esto, otra de las ideas clave es que Schneuwly y otros y Dolz llaman géneros orales públicos a las formas orales convencionales utilizadas en situaciones de comunicación pública, como una entrevista.
La tercera de las ideas clave es que, al respecto de lo mencionado anteriormente, el papel de la escuela es hacer que los alumnos se familiaricen con estas formas sociales convencionales, por lo que tomar estos géneros como objeto de enseñanza significa enseñarle a los alumnos a controlar aspectos como la audiencia o el propósito del discurso oral.
Además de definir los géneros orales, Schneuwly y otros hacen una distinción entre los géneros que sirven para el aprendizaje escolar y los que pertenecen a la vida pública, por lo que se elaboran diferentes modelos didácticos del género para conocer las características que se puedan utilizar para la enseñanza.
A razón de estas clasificaciones, Vilà propone tomar como eje del aprendizaje la planificación del discurso y, además, propone una metodología de las "secuencias didácticas" para llevarlo a cabo. En esas secuencias didácticas distingue dos tipos de actividades: una tarea discursiva que hay que preparar y unos objetivos de aprendizaje que hay que conseguir a lo largo de la planificación de la tarea final. Para que esto sea efectivo Vilà aconseja que se escojan pocos objetivos para que se puedan evaluar.
Para ejemplificar todo esto Vilà propone una tarea final de juego de roles en la que se establece qué tienen que hacer, decir y aprender los alumnos que actúan como emisores y qué tiene que hacer, escuchar y aprender aquellos que actúan como receptores, para que no solo tengan un papel activo los emisores.
Pero, ¿cómo se motiva y se enseña a los alumnos para que tengan la suficiente confianza en sí mismos y no intenten evitar este tipo de actividades? Eso no se refleja en este escrito. Al igual que tampoco se describe la importancia de enseñarle a los alumnos como hablar, que palabras se utilizan, qué gestos y posturas son adecuados y cuales no en los diferentes tipos de discurso.
He elegido el texto "Enseñar a hablar y a escuchar" del que he sacado algunas ideas que podemos destacar.
En el texto se comienza explicando que en el ámbito educativo, cuando son más pequeños sí que se utiliza la oralidad, ya que, con alumnos de la etapa escolar infantil se cantan canciones en clase, se leen cuentos,se hacen juegos de lenguaje, etc. Este uso de la oralidad se va distorsionando a medida que van aumentando de curso, al ser máss grandes,no se cantan tantas canciones ni se leen tantos cuentos, pero se hacen algunas exposiciones orales, debates,etc. En esta etapa de secundaria la oralidad ya no se tiene tan en cuenta, y mucho menos con una vista del uso de la oralidad en el futuro, como la utilidad que tiene en una entrevista de trabajo.
Por lo tanto, no hacen que los jóvenes pasen del uso cotidiano y espontáneo de la oralidad al uso público y elaborado, sino que se quedan estancados.
Por este motivo nos proponen una solución, el uso de los géneros textuales como puente para los usos orales formales.
Los género que se podrían utilizar para realizar esta práctica de la oralidad son las exposiciones, las entrevistas, las lecturas en público, el testimonio ante una instancia oficial,etc.
Hay que tener en cuenta que se deben elegir los textos para seleccionar aquellos rasgos modelos que convenga utilizar con fines educativos.
Autores como Vilà afirman que se debe tomar la planificación del discurso como eje del aprendizaje, teniendo en cuenta que para llegar al discurso oral formal hay una planificación con antelación y que en esa planificación intervienen dos tipos de actividades, una es la tarea discursiva que hay que preparar, y la otra, son los objetivos de aprendizaje que se deben alcanzar.
Por último, hay que tener en cuenta que las actividades que se seleccionen para fortalecer la oralidad tienen que tener elementos que sean funcionales en el discurso, y sobre todo, tienen que tener objetivos y pautas claras para que esas actividades sean evaluadas correctamente.
El texto creo que deja claro que podemos trabajar la oralidad a través de los géneros textuales, pero creo que le falta profundizar algo más en los elementos de la oralidad que son fundamentales para el aprendizaje, es decir, te alude continuamente que puedes elegir géneros textuales que sean relevantes para la oralidad y que tienes que escoger aquellos elementos que sean modelos, pero en ningún momento te pone algún ejemplo de esos "elementos modelos".
Partiendo del texto “palabras para una reflexión” podemos encontrarnos con múltiples ideas que comentaré a continuación. En primer lugar destacar las palabras de Wittgenstein cuando hace referencia al “juego del lenguaje” como una forma de vida, es decir, que el lenguaje constituye una parte esencial del ser humano y de la sociedad en su conjunto, es el lenguaje el que nos transforma en seres civilizados.
A continuación se señalan los diferentes tipos de lenguaje (verbal, no verbal y paraverbal) para reivindicar la enseñanza de la comunicación oral como eje fundamental del desarrollo futuro de las personas. Si una persona no es capaz de comunicarse oralmente de manera correcta, probablemente tendrá mayores dificultades para enfrentarse al mundo actual, que una persona que ha desarrollado las capacidades orales como parte fundamental de su educación. Y digo “educación” para referirme sobre todo a la escuela, puesto que considero que, aún hoy, muchos centros escolares consideran como secundario el acto comunicativo oral frente a la escritura, podríamos decir que se trata de una asignatura pendiente de la escolarización de hoy en día.
Por lo tanto, la creación de situaciones comunicativas reales es una imperiosa necesidad para la educación escolar, y más teniendo en cuenta que el papel de la escuela ya no es exclusivamente dotar de contenidos al alumno, sino formar y educar a los jóvenes para lo que se encontrarán después, es decir, crear personas capaces de expresarse y de valorar y enjuiciar, personas competentes que sepan defenderse en la “jungla de asfalto”.
El primer paso para fomentar la comunicación oral, pasa por dotarla de importancia semejante a la lengua escrita, y para ello, nada mejor que señalar los diferentes aspectos que la conforman y que aparecen recogidos en el dossier (enfoque pragmático, principios reguladores de la conversación, diferencias entre oralidad y escritura,…).
En este punto, llegamos al aspecto que considero más importante: la valoración de la comprensión de los textos orales. De nada sirve poseer una buena comunicación oral sino se es capaz de comprender lo que se dice. La capacidad de comprender lo que se escucha es quizás el núcleo esencial y el punto de partida para el desarrollo de la comunicación oral, porque la mejor manera de aprender a manejar los mecanismos orales es aprenderlos de forma práctica, ¿a quién no le han dicho nunca eso de “escucha para que aprendas”?
En general el dossier sirve como una correcta guía de la comunicación oral, pero sin ahondar demasiado en ella. Quizás el aspecto que considero que no aparece en el dossier es una explicación más detallada de las estrategias para dinamizar la expresión oral. Me parece demasiado escueto y creo que un simple listado de aspectos a tener en cuenta en la elaboración de una exposición rigurosa no basta para explicar lo que la comunicación oral tanto espontánea como preparada implican.
De una manera amena –aunque un tanto teórica- Vilà saca a colación un aspecto que desgraciadamente se ha sistematizado en la mayoría de centros de Educación Secundaria: una vez pasada la etapa infantil y primaria–donde el ámbito de la oralidad es un herramienta indispensable para el aprendizaje- este mismo terreno raramente es explotado, si bien tienen total preeminencia sobre él las lingüísticas escritas y demás áreas lejanas a la oralidad.
De entre los diferentes puntos que abarca el autor, cabe destacar cinco ítems que a mi juicio son los más significativos de la propuesta que contempla a propósito del rescate de lo oral:
En cuanto a los géneros orales públicos como objeto de enseñanza y aprendizaje, con el objeto de retrotraer a la enseñanza algunos aspectos de la rama lingüística oral, Vilà propone como óptimas herramientas el uso de la entrevista profesional, el debate, la conferencia, instrucciones dadas en público, reportajes radiofónicos y elementos de igual índole.
Asimismo, continuando en esta línea, plantea la necesidad de tomar los géneros como objeto de enseñanza, resaltando la importancia de formar a los alumnos en el control de las diferentes ramas del acto oral, como la planificación de los contenidos teniendo en cuenta los parámetros contextuales, la forma característica de organización de lo que se va a decir y los medios lingüísticos que se han de emplear. Para este cometido, Vilà considera las entrevistas, exposiciones o debates como los principales géneros susceptibles de un análisis activo por parte de los alumnos.
Otra cuestión que cree conveniente fomentar son las “Secuencias didácticas” para planificar el discurso oral, que el autor concibe como indispensable para el buen uso y “conocimiento de los procedimientos de personalización y de impersonalización”, inscribir otras voces en el propio discurso, saber reconocer, así como utilizar los recursos lingüísticos que permiten matizar el alcance y la fuerza de las afirmaciones.
Por último, Vilà hace hincapié en la importancia de la Planificación del discurso y la actividad metalingüística, además de la Evaluación de los usos orales, sin bien estos son elementos indispensables en la lingüística oral.
Grosso modo el artículo de Vilà resalta la importancia que actualmente debe tener el ámbito oral en el área de la lingüística, y hace acopio de diferentes estrategias y puntos a tocar y llevar a cabo como métodos para la enseñanza de la lengua y su contexto oral. Sin embargo, y como comenté al principio de la reflexión, del mismo modo que el artículo está redactado de una manera factible y sugerente, quizás se centre en exceso en la reflexión teórica más que en una futura aplicación práctica, que sería el requisito ideal para este tipo de ideas que supondrían un gran avance para el ámbito lingüístico.
En el texto “Palabras para una reflexión” se ponen de manifiesto algunas ideas fundamentales a la hora de hablar sobre la comunicación oral.
La autora manifiesta de qué manera sirve el lenguaje a la hora de educarse en sociedad, ya que es precisamente la lengua que hablamos la que nos “iguala” al resto de ciudadanos de la sociedad en la que vivimos. El código que nos permite comunicarnos con el resto de personas que tenemos a nuestro alrededor es el que nos dota de cierta uniformidad, y, por ende, el que nos “educa” para encajar a la perfección en esa comunidad en la que vivimos.
Además, también hace mención al hecho de que la lengua que aprendemos es la que nos permite estructurar la mente, categorizando todo aquello que nos rodea (sentimientos, cosas, pensamientos, etc.). “[…] aprende a ordenar y clasificar los hechos, a jerarquizarlos, a ser consciente de determinados fenómenos o sensaciones (el miedo, el dolor, etc.) a bromear, a mentir, a escuchar.”.
Camps especifica, sin embargo, que, a pesar de que la lengua nos ayude a categorizar las ideas y los conceptos que nos rodean y que entendemos a través de la expresión oral, no todos desarrollamos las mismas actitudes y formas de pensar cuando aprendemos a hablar y a comunicarnos con las personas que nos rodean: “Junto al vocabulario y a la sintaxis, el niño se habitúa a unas actitudes y formas de pensar”.
Más adelante, prácticamente al final del texto, la autora trata de explicar, quizás sin ahondar lo suficiente en esta cuestión, cómo se adquiere la lengua, haciendo alusión a la idea de “juego del lenguaje”: “El término “juego del lenguaje” trata de poner de relieve el hecho de que hablar un lenguaje es parte de una actividad o forma de vida[…]”. Los niños, a partir del primer año de vida aproximadamente, empiezan a desarrollar el lenguaje sin quererlo, es decir, por inmersión lingüística y por pura imitación (al principio) de sus padres.
Carmen Yanira Santos Coronet
Mi aportación es referente al texto ‘Enseñar a hablar y a escuchar’
Básicamente el texto expone que desde los primeros años del niño y su contacto con la escuela y el ámbito educativo, este tiene contacto activo con las ‘practicas orales’ ya que de esta forma el niño explora y conoce el mundo y el significado de la comunicación.
Lo realmente interesante del texto es que te pone de manifiesto que en los primeros años de la educación de un niño es importante la lengua oral pero luego, con el paso de los cursos éste elemento pierde valor dentro de las aulas.
Bien como se explica en el primer párrafo […] ‘capacidad para establecer relaciones sociales mediante el lenguaje’
Si se observa que el estudio oral dentro de las aulas es tan efectivo… ¿Por qué se desecha esta práctica cuando el niño alcanza una competencia de comunicación dentro del aula?; ¿Por qué se da tanta importancia al lenguaje oral en épocas tempranas del aprendizaje y se discrimina a medida que el alumno crece? Estas preguntas sirven para reflexionar e indagar sobre nuestro sistema escolar.
La enseñanza del lenguaje oral de forma continuada es importante para que el alumno alcance una confianza en sí mismo y una destreza. Para ello, el alumno tienen que conocer ciertas pautas que se rigen cuando nos enfrentamos al discurso oral, ya que, al igual que el discurso escrito se rige por una serie de normas, el lenguaje oral también se compone de estas y es importante que el alumno las conozca y sepa manejarlas en cualquier ocasión que tenga tanto, dentro del centro como fuera del aula.
Para ello, se está tomando la iniciativa de fomentar estas prácticas dentro del centro donde el alumno se encuentre involucrado con este género.
El profesor es una herramienta importante en esta práctica ya que tiene que guiar al alumno en este proceso. Para ello debe establecer ciertas actividades donde el alumno se pueda desenvolver y no quede cohibido frente a esto. Para ello se establecen ciertas actividades como: entrevistas, discusiones e grupo, exposiciones orales… Todas estas prácticas donde el alumno se sepa desenvolver y sea autónomo y competente.
Es muy interesante la actividad que propone Vilá como tarea final. Es interesante muchos aspecto puesto que en esta tarea se trabajan con una serie de objetivos fundamentales (aunque el profesor los puede adaptar según convenga) Lo que se pretende conseguir con esta tarea es alcanzar unos objetivos didácticos a la vez que se compenetran con una serie de competencias que el alumno tiene que alcanzar.
Una reflexión que me ha aportado este texto es la gran cantidad de actividades y material del que disponemos para practicar en las aulas y muchos profesores no sacan partido de esto. El problema de querer ajustarse tanto a la norma y desechar las necesidades del alumno está repercutiendo gravemente en la sociedad. Por esto, es importante que nuestros alumnos alcancen un conocimiento que les sea útil para el futuro.
Saludos
Es cierto que en la Educación Infantil y Primaria se busca que los niños interactúen con sus compañeros y sean capaces de expresar ideas más o menos concisas. Con este fin se realizan también actividades en las aulas de Educación Secundaria, pero en múltiples ocasiones estas situaciones de aprendizaje no son tan idóneas como el profesorado cree y se suelen buscar situaciones, quizás, un poco forzadas en las que los alumnos raras veces se encontraran. Una idea principal de este texto es que el objetivo de la escuela, en lo que a lenguaje oral se refiere, es dar a conocer los usos espontáneos y los usos orales planificados y reglados; pero no solo en el papel de hablantes, sino también en el papel de oyentes.
NO SE QUE OCURRIÓ CON EL COMENTARIO ANTERIOR QUE NO APARECIÓ COMPLETO
En el artículo "Enseñar a hablar y a escuchar" se deja claro desde el comienzo, el propio título, la importancia de conseguir que el alumnado sea capaz de desenvolverse de forma adecuada en los diferentes contextos en los que se les presentes prácticas orales, pero me gustaría recalcar que no solo eso es importante; sino que el enseñar a los alumnos a escuchar también es muy importante; ya que escuchado se pueden aprender muchas cosas, casi tantas como practicando aunque está claro que la práctica es necesaria.
Es cierto que en la Educación Infantil y Primaria se busca que los niños interactúen con sus compañeros y sean capaces de expresar ideas más o menos concisas. Con este fin se realizan también actividades en las aulas de Educación Secundaria, pero en múltiples ocasiones estas situaciones de aprendizaje no son tan idóneas como el profesorado cree y se suelen buscar situaciones, quizás, un poco forzadas en las que los alumnos raras veces se encontraran. Una idea principal de este texto es que el objetivo de la escuela, en lo que a lenguaje oral se refiere, es dar a conocer los usos espontáneos y los usos orales planificados y reglados; pero no solo en el papel de hablantes, sino también en el papel de oyentes. Además se señala que tradicionalmente, en lo que ha enseñanza oral se refiere, se pedían exposiciones orales in explicar pauta alguna, pero en mi opinión esto no es algo que haya quedado atrás ni mucho menos, ya que estoy segura que muchos de nosotros lo hemos sufrido. ¿Cómo se puede evaluar algo que no ha sido explicado previamente en el aula? La evaluación, de por sí, crea una reacción generalmente negativa en los alumnos, pero si a ello le sumamos que la evaluación se va a realizar a partir de una exposición oral y que en clase no se ha invertido el tiempo necesario para la organización inicial de la misma y para explicar la manera más adecuada de realizarla nos puede llevar a una desmotivación total por parte del alumnado o incluso a un sentimiento de rechazo y fracaso ante la actividad propuesta.
Otra idea que me parece importante es la afirmación que realiza el autor del artículo cuando dice que no solo se debe evaluar el producto final (exposición oral); sino también las fases del proceso de planificación de la misma. Este punto me parece muy importante porque es cierto que los alumnos deben aprender a expresarse de forma correcta, pero para ello deben saber organizar sus ideas con anterioridad y utilizar las palabras adecuadas para ello.
Estupendas observaciones y reflexiones. Muy necesario ese proyecto de "continuidad" (¡¡bien que insiste el currículo!!), la creación de situaciones si no "reales", al menos "verosímiles" de aprendizaje oral y la necesaria planificación previa...(al menos en contextos académicos).
Saludos cordiales, Juany
He basado mi reflexión en el texto "Enseñar a hablar y a escuchar".
¿Da la escuela la importancia que merece a la oralidad? Tras lo leído en el texto cabe destacar que la docencia de la moralidad como un contenido más va desapareciendo en medida que el alumno asciende por su recorrido educativo, cuando, de hecho, debería de ser tratado como un aspecto básico del proceso enseñanza-aprendizaje, ya que, todo este proceso está basado en la moralidad y la transmisión de información (del profesor al alumno y del alumno al profesor).
Situaciones de comunicación pública deben ser puestas en práctica en el aula para que el alumno se familiarice con actos de la vida cotidiana, por ello la escuela debe instruir a los alumnos para que sepan desarrollar sus capacidades comunicativas en dichas circunstancias.
Con diferentes técnicas como todas las mencionadas en clase y siendo el profesor guía del proceso educativo, el alumno asimilará cómo estructurar la información que previamente usará en situaciones comunicativas eficaces.
Mi duda surge en referencia a la evaluación de estas dinámicas. No me queda claro qué tipo de rúbricas existen a la hora de evaluar la moralidad de nuestros alumnos y cuál es el barómetro que los docentes debemos de fijar.
Donde aparece la palabra moralidad me refiero a la "oralidad". Perdonad al autocorrector de mi ordenador ;) Saludos
Buenas tardes,
Entre las ideas más relevantes del texto “Enseñar a hablar y a escuchar” destacan:
-En la educación obligatoria no suele enseñarse los usos formales de la lengua oral, mientras que se da mayor importancia a la escrita.
-El objetivo de la enseñanza en relación a los géneros orales debe ser facilitar a los alumnos herramientas para llegar desde el lenguaje oral más cotidiano al lenguaje oral más formal o público.
- Algunos de estos géneros orales públicos que deberían practicarse desde las escuelas son: entrevista profesional, debate, conferencia, instrucciones dadas en público...
- Para aprender a hablar en público es necesario: preparar previamente un texto oral y marcar unos objetivos de aprendizaje a conseguir, que según Villá deben ser pocos para poder evaluarse.
- Resulta muy importante que el alumnado sea consiente del contexto de esa situación comunicativa.
En definitiva, la lectura de este texto invita a la reflexión de qué actividades podemos realizar en el aula con la finalidad de mejorar la comunicación oral en el alumnado, ya que supone una una destreza fundamental para el desarrollo personal y la vida en sociedad. De hecho, se propone un ejemplo de secuencia didáctica a fin de ser conscientes de que se trata de una destreza que se puede trabajar con relación a los objetivos del curriculum y además que puede ser evaluada.
Mi aportación hace referencia al texto Palabras para una reflexión.
Las ideas principales que yo destaco son las siguientes:
``Con el habla,el niño aprende a razonar,a confiar en los demás(a creer en sus palabras), a distinguir la dimensión personal de la social, a comunicar experiencias o sensaciones; aprende a ordenar y clasificar los hechos, a jerarquizarlos, a ser consciente de determinados fenómenos o sensaciones ( el miedo,el dolor,etc) a bromear,a mentir,a escuchar´´
-Existen diferentes clases de lenguaje dentro de la oralidad:
*el lenguaje verbal
*el lenguaje no verbal
*el lenguaje paraverbal
-Es neceario reivindicar la enseñanza de la comunicación oral, tanto en situaciones formales como informales.
-La mejor manera de desarrollar estas habilidades es participando en situaciones comunicativas reales.
-Los principios teóricos sobre la expresión oral frente a la expresión escrita.
-La voluntad que debe haber por parte de los hablantes de cooèrar en la interpretación de las intenciones (recordemos el caso de Moriana).
-Las máximas o principios reguladores de la conversación de Grice.
-La implicación de desarrollar nuestra capacidad de escuchar para comprender lo que nos dicen los demás.
Y por último la actividad de comprender textos orales para el fortalecimiento de su desarrollo.
A modo informativo el texto termina con una serie de estrategias para una exposición preparada, quizá hubiera sido necesario una ejemplificación de la otra cara de la oralidad,la de la vertiente espontánea.
Tras realizar una lectura detenida del texto "Enseñar a hablar y escuchar" pueden extraerse numerosas ideas clave. Pero destacaremos el hecho de que las prácticas orales suelen tener una presencia considerable tanto en educación infantil como en los primeros años de la educación secundaria, pero no podemos decir lo mismo de aquellos cursos más avanzados. Es importante asentar las bases de nuestra comunicación oral, pero también lo es formar de manera constante, ya que sólo con la práctica se puede llegar a dominar una disciplina.
El objetivo de la escuela es ayudar al alumno a desenvolverse adecuadamente entre los usos orales cotidianos y espontáneos a otros usos públicos y formales. Es por ello necesario estudiar los distintos géneros orales en clase, para comprender cómo se crean y cómo funcionan y sólo así podremos dominarlos, como bien afirma Vilá. Este propugna tomar la planificación del discurso como eje de su aprendizaje, por lo que recurre a las secuencias didácticas.
Las secuencias diácticas deben contar con pocos objetivos y una serie de actividades que establezcan qué deben hacer, decir y aprender los laumnos. A través de la realización de los ejercicios los alumnos aprenden a escribir, a reflexionar y a expresarse adecuadamente, por lo que la evaluación tendrá un carácter formativo.
Un saludo.
En el texto “Enseñar a hablar y a escuchar” nos hace un recorrido primero, por la escasa presencia que tiene la práctica de la comunicación oral en el ámbito educativo y segundo, cómo podemos remediar eso, ya que es una destreza que tiene que tener una presencia muy importante en la escuela.
La primera idea clave que me llama la atención sobre este texto es que parecer ser que no se tiene tanto en cuenta debido a que es muy difícil calificarla y determinar los objetivos que tengan que ver con ella. Estos usos orales que vemos en el texto son usos orales cotidianos y espontáneos pero que requieren una planificación adecuada para que pueda llevarse a cabo.
Schneuwly y Dolz los llaman géneros orales públicos que son por ejemplo las entrevistas profesionales, debates, conferencias, etc. Lo que intenta hacer la escuela o aquellos que lo intenten es que los alumnos se familiaricen con estos géneros que les serán muy útiles en su vida social. Por ello más adelante en este texto se pone un ejemplo bastante acertado de lo que puede ser una clase sobre esta destreza.
En este tipo de planificación tenemos que centrarnos en dos actividades principales que serán la tarea discursiva que hay que aprender y unos objetivos de aprendizaje que tenemos que llevar a cabo. Estos objetivos son recomendables que sean unos pocos para que sea más fácil la evaluación.
A modo de conclusión creo que es muy importante que esta destreza sea implantada en su totalidad en el aula y que los alumnos puedan defenderse ante una presentación el público o ante una conferencia, ya que no solo en el ámbito académico le será de utilidad sino que también le será de utilidad en su ámbito social.
He escogido el apunte número tres: Palabras para una reflexión: lenguajes integrados en la oralidad. Pasaré a comentar algunas ideas importantes que se citan en el texto.
1. Aprender a hablar es crecer como ser humano. En la medida en la que la lengua nos posibilita razonar, nos hace mejores personas. La lengua no solo nos da las herramientas técnicas, léxicas o gramaticales sino que también nos ayuda a afrontar nuestras vidas desde una perspectiva psicológica, práctica y sociocultural.
2. La lengua oral no sólo es lo que escuchamos. Dentro de la oralidad hay otros elementos que olvidamos en muchas ocasiones. Me refiero aquí al lenguaje no verbal (gestos o movimientos) y al lenguaje paraverbal (tono, timbre o entonación).
3. La mejor -y única añado yo- forma de desarrollar la oralidad es en situaciones de aprendizaje en las que la oralidad sea la protagonista. Uno solo aprende a conducir conduciendo o a jugar jugando. Como es natural, en las horas lectivas de nuestros alumnos se debe abandonar en la medida de lo posible los conocimientos conceptuales y fácticos para pasar a utilizar actividades dinamizadoras que motiven a los alumnos.
4. Enseñando a hablar mejor estamos enseñando valores. Debemos hacer hincapié en que la expresión oral implica saber escuchar. La tolerancia y la convivencia han de ser valores capitales en nuestro trabajo.
5. Trabajar la expresión oral en clase ha de ser una tarea pensada y elaborada. No hay hueco para la improvisación constante. El rigor del profesor pasa por darle la misma importancia a la expresión oral que a la expresión escrita. Así pues, la oralidad trabajada en los centros educativos ha de ser escrupulosamente preparada.
Para finalizar mi comentario diré que como aspectos que hecho de menos en el documento como futuro profe, son más estrategias y métodos prácticos para poner toda esta teoría en el aula y con los chicos.
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