jueves

44. Favorecer la escritura en el aula (II) Tu historia a partir de una línea...(Saber crear)

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones...
The lock opened with a crack while my pulse started racing...

Alojen aquí la continuación de la historia "en línea" (dinámica de la revista de la compañía aérea, ejemplo de material "realia"). Pueden redactarla en español o en inglés, como deseen.

22 comentarios:

Victoria García dijo...

Hacía varios meses que gracias a la familia Spitz me escondía en aquella buhardilla junto a mi familia, pero esa largo encierro llegaba a su fin, ¿o no?.

Nidra dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. A duras penas pude taparme el cuerpo entero con la vieja manta de mi cama, que más que aportarme algo de calor y seguridad, se convertía irremediablemente en una sábana mortuoria que esperaba a cubrir mi cuerpo sin vida. Una claridad sepulcral iluminó mi cuarto tras abrirse la puerta que me separaba de ese elemento extraño e ignoto. Mi cuerpo se tensó como un mecanismo de defensa natural, mis ojos se cerraron con todas sus fuerzas y mis extremidades se anidaron en el centro de mi tronco a modo de escudo, mientras esperaba el desenlace inmediato. Después, todo se volvió niebla.

Betania González dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Hacía exactamente un siglo que no lo veía. Leo andaba años atrás por los oscuros bosques finlandeses, en una misión bastante importante, donde huir y luchar no eran una opción sino una obligación. Pero allí estaba, como acordamos, en la habitación 203 del Hotel Palace en Nueva York, con cien rosas color carmín y un anillo de oro blanco con zafiros.

Alfredo Nanaá dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Alí estaba ella, recta y erguida, fría como un témpano de hielo y con la mirada perdida. Me preguntó qué hacía en esa habitación y yo le contesté que llevaba esperándola toda la vida.

Jennifer Orihuela dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones.
Por fin había llegado después de tantos años, estaba un poco más avejentado pero en el fondo seguía siendo el mismo moreno de ojos azules, con aquel lunar en el cachete y esa sonrisa que te alegraba el día a pesar de lo mal que lo hubieses pasado, sí, sin duda era el mismo.

Sofía del Giorgio Celeri dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Paralizada por una mezcla de miedo e incertidumbre esperé lo que a mi parecer fue una eternidad. Mientras terminaba de abrirse la puerta sujeté, con la firmeza que me permitían mis manos sudorosas, el cuchillo más grande que encontré en la cocina y en un segundo todo terminó.

Mª Elena Batista dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. De repente, la puerta se abrió y la sombra que aparecía poco a poco me dejó sin aliento. Había un silencio intrépido que hacía que el cuerpo se me estremeciese cada vez más. Cuando la puerta terminó de abrirse vi la figura que tanto me había asustado y era mi querido compañero gatuno que venía a avisarme que nuestro dueño había llegado de su largo día de trabajo.

Carla Camino dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones...; el olor era familiar, el traqueteo y también la velocidad de sus movimientos al llegar. Allí estaba ella, contenta de verme y sedienta. Hasta en eso coincidimos: yo también tengo sed, de agua y de mimos... es lo que tiene ser la perra más querida del mundo.

Ariane de León Rivero dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones.

La habitación se hinchó con su presencia y yo ya no pude recuperar ni la mesura,ni el espacio vacío.

Lleno de consideración el ambiente se volvió constante y contínuo.Fue así como con el tiempo mi corazón recuperó su latido.

Anónimo dijo...

Yanira Santos Coronet

'El impacto'

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. No podía pensar que después de tantos días volviera a ver a mi padre llegar.
Mostraba signos de cansancio y vejez, ya que sus ojos lucían más pequeños de lo habitual. Su mirada se mostraba pérdida y su tez pálida, ahora quemada por el sol, acentuaba más esa vejez superflua. Su cuerpo robusto se había consumido preocupantemente.
En ese momento lo pensé: esas vacaciones de ensueño acabaron convirtiéndose en su peor pesadilla.

Unknown dijo...
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Unknown dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones, mi aliento se escapaba entre mis labios al compás de sus lentos pasos.
El pomo giraba como el minutero de un reloj, marcando los segundos que tardaría en romperme el corazón. Vi su silueta, su rostro cubierto de lágrimas y unos ojos frágiles en los que podías sumergirte y bucear en la inmensidad de sus recuerdos. Portaba una maleta llena de remordimientos, un trozo de papel que hablaba del destino y una foto que capturaba el tiempo.
No se despidió, avanzó hacia la ventana y saltó. Saltó como lo hacen las golondrinas, en una desenfrenada caída que culmina en silencio.

Jennifer Jiménez Sánchez dijo...


La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. La casa desprendía un fuerte olor a olvido y a desamparo. Nadie la había habitado durante décadas, como si todos quisiéramos olvidar aquellas viejas historias que todavía hoy encierran sus paredes y que habitan en cada rincón de la morada. Muy lejos habían quedado los días de olor a puchero recién hecho de mi abuela, que acompañábamos con gofio y queso curado. Aquella noche trágica había cambiado nuestras vidas para siempre y ya nunca más volveríamos a ser una familia unida. Sin embargo, en esta noche fría de febrero, yo me atrevo a regresar al lugar donde todo comenzó. Así, una vez dentro de la alcoba matrimonial, abro el baúl de los secretos y encuentro las pistas que me llevan a la verdad.

Martín Díaz Sivunen dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. De pronto una figura humanoide entró y se ocultó en las sombras. Sentí un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo y creí que en ese mismo momento me había quedado paralizado, como helado. Sin embargo, no fue así. Mis piernas comenzaron a moverse lentamente hacia la puerta, y cuando ya había llegado hasta ella, sentí como unos fríos dedos me tocaban el brazo. Sin dudarlo, empecé a correr por las escaleras que llevaban a la entrada de aquel edificio.

The lock opened with a crack while my pulse started racing. Suddenly a humanoid figure entered and hid in the shadows. I felt a shiver ran down my whole body and I thought at that moment I had been paralyzed, like frozen. However, it was not. My legs began to move slowly toward the door, and when I had come to it, I felt cold fingers touching my arm. Without hesitation, I started running down the stairs leading to the entrance of that building.

Vanessa SG dijo...

"La llamada de los libros"

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Me escondí, pero nadie entró, o eso creí yo. De pronto sentí que algo dentro de la habitación me llamaba y salté de mi escondite desorientada. Al principio era como un pequeño ruido que rebotaba por la habitación. Poco a Poco fue tomando forma y conseguí apreciar que decía mi nombre. Intenté seguirlo con mi mirada perdida hasta que dejó de rebotar por la estancia y se acurrucó en mi librería. De pronto noté que un libro brillaba con gran calidez, me acerqué sigilosamente y lo atrapé entre mis manos como si fuera el mayor tesoro del mundo. Aquel libro nunca había estado allí o había estado siempre y no se había dejado ver...

Gabriel Cabrera dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Venía a mi imagen la sonrisa más estúpida que puedas imaginar. Catorce años y siete meses me habían separado de la libertad, casi quince años de amargura en la penitenciaría de Nuestra Sra. Eleuteria. Los pernios de la puerta solo tenían un sentido. El herraje articulado que me permitía acceder más allá de mis dos metros cuadrados había sido el mismo durante todos estos años. La puerta se abría hacia adentro. Recordó un pasaje de Kierkegaard de cuando era niño: "la puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más".

Lorena Rodríguez dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Una corriente de aire polar abanicaba mi pelo. Era invierno. Él, sentado a mi lado, me miraba con sus ojos cálidos que conseguían que el ambiente cambiara de color.Sin duda, la mejor compañía que podría tener el hombre.

María Jesús dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. No sabía lo que iba a encontrarme al otro lado. Todo estaba deshabitado,descuidado y tras el profundo silencio se escuchaba el crujir de los muebles. Poco a poco fui adentrándome al domitorio, en busca de aquella carta que tanto deseaba. Tras coger la carta escuché unos pasos cercanos a la habitación por lo que rápidamente logré esconderme. Finalmente, pude leer la carta la cual solo contenía tres palabras:
"No tengas miedo"

Rita dijo...

Rita.

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. La tarde se había hecho eterna. El caso es que preferí esperar tranquilamente en casa. Pero no fue como yo deseaba. Me arrepentí inmediatamente. La inquietud me superaba por momentos.

Él ya estaba en casa y yo ya no sabía si las pulsaciones continuaban desbocadas o si eran inexistentes.

Lo miré a la cara buscando la respuesta que esperaba. Pero la visión me fallaba también. Quise preguntar y no podía articular.

Alba Domínguez dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Durante días pensé que iba a ser incapaz de volver allí, saqué fuerzas de donde no las había y abrí la puerta que daba acceso a aquella casa que tantos recuerdos me traía. Por un momento creí que los iba a encontrar allí, sentados con aquellas inmensas sonrisas que les producían mis visitas, pero no fue así. Ahora, en aquel lugar, solo se encontraban unos viejos sillones cubiertos de polvo, millones de recuerdos y un reloj que parecía haber expirado con ellos.

Dara Acosta dijo...

La cerradura se abrío con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones. Ya había perdido la cuenta de las veces que había llegado a sentir miedo. Conocía sus pasos, el sonido de las llaves y su tos seca. Pensé en todas las veces que seguiría sintiendo miedo cada vez que él llegara a casa, y en ese momento me di cuenta de que es imposible sentir miedo si ya no sabes lo que es sentir.

oana carmen dijo...

La cerradura se abrió con un chasquido mientras se me aceleraban las pulsaciones.|Era él!Tenía que ser él, ya que eran las 12 de la noche en punto.Por mi mente de niña, en solo un segundo, pasaron miles de imágenes de su rostro.Tenía tantas preguntas que hacerle.
La puerta se abrió del todo y vi la silueta de mi madre, llevando en sus manos un regalo,mi regalo.Fue entonces cuando me di cuenta que Papa Noel no existía, todo era mentira.