Tarea: tras
la consulta de este vídeo y la lectura de los documentos del dosier
del Módulo III que abordan aspectos vinculados (prestigio del idioma, el papel de los
medios, presencia de extranjerismos...) expresen una breve reflexión...
Pueden guiar la reflexión los siguientes interrogantes:
- ¿Papel del profesorado, hoy?
- ¿Interactividad mayor implica un descenso en el nivel/calidad de uso de nuestra lengua materna?
8 comentarios:
El papel del profesorado en la era de la comunicación:
En la actualidad, el profesorado juega un papel clave en la preservación y evolución del idioma, especialmente en un contexto donde los medios de comunicación y la globalización influyen constantemente en la forma en que nos expresamos. Más allá de la enseñanza de la gramática y la ortografía, los docentes deben fomentar el análisis crítico del lenguaje que los estudiantes consumen y producen, ayudándolos a comprender el impacto de los extranjerismos, las expresiones coloquiales y el lenguaje mediático en su comunicación.
Este enfoque tiene una doble vertiente: por un lado, es positivo porque ayuda a mantener un nivel sólido de competencia lingüística; por otro, puede percibirse como una postura clasista al sugerir que es necesario "elevar" el lenguaje. Sin embargo, no se trata de imponer un modelo rígido, sino de garantizar que los hablantes puedan adaptar su registro según el contexto sin perder riqueza expresiva.
Los medios de comunicación, al ser tanto reflejo como modeladores del habla cotidiana, pueden contribuir al empobrecimiento del idioma cuando priorizan la inmediatez sobre la corrección lingüística. Si bien el lenguaje evoluciona de manera natural, también es cierto que los medios tienen una responsabilidad pública en la forma en que influyen en el uso del idioma y en el contenido que muestran.
Interactividad y lengua materna:
El impacto de los medios de comunicación y los dispositivos móviles en el uso de nuestra lengua materna es innegable. Pero no debemos olvidar que nuestras familias también están expuestas a la influencia de la era digital. En tal caso, al igual que hacen los docentes, las familias deberían hacer un ejercicio crítico del uso de sus dispositivos y de su manera de hablar y de qué es lo que están transmitiendo a sus hijos/as.
Paula Andrea Fernández Pérez y Shakira Morales Reyes
El profesorado es clave para preservar y enriquecer el lenguaje en un contexto digital que tiende a simplificarlo. Más que enseñar normas, debe fomentar el pensamiento crítico, la argumentación y la expresión clara. Esto implica guiar al alumnado en el uso preciso del idioma, promoviendo la lectura y la escritura reflexiva. Además, en un entorno donde la sobreabundancia de opiniones diluye el rigor lingüístico, el docente debe enseñar a comunicar con claridad y profundidad. A través de metodologías activas y enseñanza individualizada, puede reforzar la comprensión lectora y la producción escrita.
Por otro lado, el aumento de la interactividad en la comunicación digital tiene efectos positivos y negativos en el lenguaje. Facilita la participación, pero también puede llevar a la simplificación y pérdida de precisión en la expresión. La inmediatez prioriza la rapidez sobre la calidad, afectando especialmente a los jóvenes. Sin embargo, esto no es inevitable: si se fomenta el debate argumentado y la lectura crítica, la interactividad puede fortalecer el idioma. La educación debe aprovechar estas herramientas para potenciar la conciencia lingüística y el desarrollo de competencias comunicativas.
Carmen Granado Melián y Dácil Pérez Cabrera
El profesorado cumple un papel fundamental en el aula en relación con el desarrollo del lenguaje del estudiantado, pues este se encarga de impartir (principalmente, el profesorado de Lengua Castellana y Literatura) temarios que están ligados a la gramática, al nivel morfosintáctico y al léxico-semántico e, incluso, a la hora de elaborar los comentarios de texto, se pone en práctica la producción textual. Asimismo, cabe destacar la ley educativa actual LOMLOE, que apuesta porque el alumno sea consciente de la diversidad lingüística y cultural de su propio territorio. En esta nueva ley, el docente actúa como un mero guía en el proceso de enseñanza-aprendizaje, algo que ayuda a los alumnos a adquirir las cuatro habilidades lingüísticas esenciales: comprensión lectora, expresión escrita, comprensión auditiva y expresión oral.
Este importante papel que juega el profesorado se ha intensificado en los últimos años debido al auge de los medios de comunicación, como es el caso de la televisión o los teléfonos móviles, que han traído muchos aspectos positivos, como que los hablantes interactúen más entre sí, fomentándose, de esta forma, la comunicación, pero, a su vez, esto también tiene una parte negativa, ya que se ha causado un empobrecimiento drástico de la lengua debido a esta gran interacción. Por este motivo, no solo los profesores tienen un papel importantísimo en el desarrollo del lenguaje a nivel social, sino que también los medios de comunicación deben contribuir a elevar el nivel del lenguaje promoviendo el buen uso del mismo. Es innegable destacar que hay una gran degradación del lenguaje en la televisión y en las herramientas de comunicación cotidianas, además de que cada vez la población lee menos, por lo que los medios de comunicación, al igual que el profesorado tienen una gran responsabilidad socialmente con respecto al correcto desarrollo de la competencia lingüística y comunicativa.
Uno de los aspectos clave que se menciona en el vídeo es la "perversión del lenguaje" que, según María Antonia Iglesias, afecta especialmente a las generaciones más jóvenes. Esta perversión se refiere al uso incorrecto y empobrecido del idioma, visible no solo en la televisión, sino también en herramientas de comunicación cotidianas como los SMS y, más actualmente, en las RRSS. Una de las principales problemáticas que contribuye a la deformación de la lengua es, por ejemplo, la falta de interés por la lectura.
Por otro lado, el papel del profesorado es imprescindible en el mundo actual en el que vivimos, saturado de información inmediata. Los docentes tenemos la responsabilidad de fomentar la comprensión exhaustiva y el análisis crítico de los medios, especialmente porque muchos de estos ofrecen contenidos que requieren un enfoque reflexivo y selectivo para discernir la veracidad y evitar la manipulación y distorsión de la información, como se puede observar en el artículo del dosier “El uso del español y los medios de comunicación”.
En relación con la interactividad mayor, consideremos que, aunque puede tener aspectos positivos al permitir una mayor participación, también puede implicar un descenso en la calidad del uso de la lengua. Las plataformas interactivas —como por ejemplo el WhatsApp— favorecen la inmediatez y la simplificación, lo que puede llevar a un empobrecimiento del la lengua. El uso de abreviaturas, jergas, emoticonos y un lenguaje más superficial se ha normalizado, lo que puede hacer que se pierdan precisión y matices importantes en el discurso. Por eso, consideramos que es importante equilibrar la rapidez de la comunicación digital con el cuidado y uso de la lengua como medio de comunicación.
El papel del profesorado hoy en día es clave, no solo para enseñar las reglas del idioma, sino también para ayudar a los estudiantes a reflexionar sobre cómo usamos el lenguaje en un mundo cada vez más digital. Vivimos en una época en la que la información llega rápido y la comunicación es constante, por lo que los docentes deben guiar a los estudiantes para que comprendan cómo las nuevas tecnologías impactan en el uso del idioma. No se trata solo de enseñar gramática, sino también de ayudar a los estudiantes a ser conscientes de cómo los medios, las redes sociales y la interacción digital afectan la forma en que hablamos y escribimos.
En cuanto a la relación entre interactividad y la calidad del idioma, es cierto que las redes y plataformas digitales, con su rapidez y informalidad, pueden influir en la manera en que usamos el lenguaje. Abreviaciones, anglicismos y un tono más relajado pueden dar la impresión de que estamos perdiendo calidad en nuestra lengua. Pero, más que una pérdida, estamos viendo una evolución del lenguaje. La forma en que nos comunicamos está cambiando y el reto está en saber adaptarnos sin perder de vista la importancia de una buena comunicación. Aquí, el profesorado debe ser capaz de enseñar a los estudiantes a manejar tanto el lenguaje rápido y creativo de los medios digitales como el lenguaje más cuidado y formal, que sigue siendo esencial en contextos educativos y profesionales.
Tanto Edgar como yo, Tania, creemos que el papel del docente es algo fundamental, ya no solo para la enseñanza de las reglas del idioma, si no que también somos necesarios para ayudar al estudiantado en la reflexión del uso del lenguaje hoy en día.
En otro orden de ideas, es cierto que actualmente vivimos en la época de la tecnología y las redes sociales donde la información llega rápido y sin verificar, por esta razón, los docentes debemos guiar al alumnado en el uso adecuado de las redes sociales y las tecnología. No creemos que se trate solo de enseñar la gramática del idioma, también es necesario educar al estudiantado en cómo las redes sociales o los medios de comunicación pueden afectarles a la hora de escribir o incluso de hablar. Por estas razones, tanto Edgar como yo, vemos fundamental que el docente sea capaz de enseñar al alumnado a manejar el lenguaje en cualquier medio, pero no estamos de acuerdo con algo que se comenta en el video sobre las faltas de ortografía, que es "cuando una persona no comete faltas de ortografía desde pequeñito, es porque ha leído", ya que creemos que si el alumnado no comete faltas de ortografía, no es solo porque ha leído, también es porque ha tenido docentes que les han enseñado las reglas gramaticales y se han preocupado en que el alumnado las aprenda de la manera correcta tanto con actividades como con la lectura.
Como se expone en el vídeo, los medios de comunicación influyen constantemente en la evolución de nuestra lengua. Recordemos que el vídeo es del año 2010, fecha en que cualquier persona no tenía voz en los medios —mayoritariamente, escuchábamos y veíamos a gente con formación, periodistas, políticos… Sin embargo, en la actualidad, las redes sociales, que se han convertido en el medio de comunicación preferido, posibilitan que cualquier influyente hable y comente lo que estime oportuno.
Este panorama, sin duda, redunda en un escenario más democrático. Pero, al mismo tiempo, favorece que personalidades sin formación influyan a otras personas con su contenido y, también, con su manera de hablar. De ahí que, habitualmente, se viralicen ciertas palabras o expresiones. Esta situación, desde mi punto de vista, alejado de puritanismos, no va a pervertir la lengua, ni mucho menos. En todas las épocas del idioma han existido influencias y se han adoptado palabras de otras lenguas (galicismos, italianismos, lusismos…). Ahora, por lo que vemos, es el turno de los anglicismos y de los influyentes de Instagram.
En todo caso, la supervivencia de esas palabras y expresiones dependerá del conjunto de hablantes hispanos —véase, por ejemplo, cómo la adaptación “güisqui” no ha triunfado. En este punto, creo que la educación, en general, y el profesorado, en particular, juegan un papel fundamental. Debemos crear conciencia lingüística para que el conjunto de la comunidad hispana pueda tomar decisiones argumentadas y coherentes. De este modo, a la vez, esas personas sin formación que intervienen en las redes dejarán de ser referentes y de influir en el rumbo de la lengua.
En definitiva, no se trata de realizar un alegato relacionando la mayor interactividad con el empobrecimiento de la lengua. Al contrario, como hemos afirmado, fortalece la convivencia democrática. Se trata de proporcionar formación desde las aulas para que los ciudadanos puedan decir con rigor y con conocimiento de causa el rumbo de su lengua.
Como es sabido, el español se reconoce como una lengua con mucho prestigio, pues es la cuarta lengua más hablada del mundo, el idioma oficial en 18 países, el segundo más estudiado y solo en EEUU hay más hablantes de español que en nuestro país. Por esto mismo existen múltiples artículos que versan sobre su alta estima y en el extranjero se habla del español como “la lengua de Cervantes”.
Es inevitable que la lengua evolucione con su uso, y con ello, las diferentes plataformas audiovisuales también son testigos (o propulsoras) de dichos cambios. En el vídeo, el periodista Alfredo Urdaci comenta dos posturas: la primera contempla el aspecto negativo, pues se refiere a estos cambios como una contaminación que empobrece el lenguaje; mientras que la segunda, de manera positiva, incrementa la participación y puede llegar a elevar el nivel de los hablantes.
Los medios de comunicación permiten, entonces, que más personas sean capaces de interactuar y opinar, por lo que se manifiesta una gran cantidad de creaciones semánticas y se incorporan numerosos extranjerismos al léxico español. Todos estos cambios se divulgan de manera ilimitada y veloz, luego, será la Real Academia Española —en su papel descriptivo— la encargada de recogerlos y adaptar la ortografía a la fonética.
El papel del profesorado hoy atiende a la misma cuestión. ¿Debemos ser prescriptivos o descriptivos? Como docentes tenemos el papel de ser prescriptivos, pero no cabe duda de que si se trata de un caso en plena evolución sería más enriquecedor explicar al alumnado qué sucede con ese fenómeno, cómo lo contempla la normativa, y por qué el hablante está realizando (in)conscientemente ese cambio.
Una mayor interactividad no implica directamente un descenso en el nivel/calidad de uso de nuestra lengua materna. Si bien es cierto que la lengua que se emplea en los medios de comunicación puede ser más “descuidada” (se emplea mayormente el registro informal), también debemos admitir que la lengua se rige por la economía del lenguaje. Es decir, el mensaje publicado en la televisión se hubiese emitido exactamente igual en una conversación informal —sin una grabación de por medio— y de esa manera la lengua seguiría el curso de su evolución como lo ha hecho desde el latín. Por tanto, la única diferencia, que es el detonante, es que un mensaje retransmitido a miles de habitantes al mismo tiempo va a acelerar el proceso que, en un contexto anterior a los medios de comunicación, habría tardado años en realizarse.
En definitiva, considero que como docentes deberíamos ser transparentes con nuestros estudiantes. Les aportaremos nociones de gramática, de ortografía, de léxico, etc., pero me parece mucho más importante que ello venga acompañado con una dosis de realidad. Debemos fomentar el pensamiento crítico sobre su propio lenguaje para que sean ellos mismos los que permitan (o no) con fundamento el cambio que se les presente.
Publicar un comentario